Elche-Sporting: Tres puntos con mucho oficio

Hay batallas que no pasan a la historia por su esplendor ni por la brillantez estratégica de un general o la heroicidad de un grupo de soldados. Días en los que hay que ganar, sí o sí, para dar un paso decisivo en la guerra. Llevado al fútbol, los famosos partidos que hay que ganar con oficio.

Sarabia: "Había que defender con uñas y dientes lo conseguido"

De ello tiró el Elche en la décima batalla del curso. Dos ramalazos de talento, bien aprovechados, de Yago y Mendoza, para abrir ventaja, y resistencia a partir de entonces para que ninguno de los tres puntos se escapase de la jaula que debe ser el estadio Martínez Valero para los rivales. No brilló el estilo de Eder Sarabia, pero nadie se quejará de eso. El resultado esta vez deja una sonrisa en el rostro, pese a que se pueda producir alguna mueca sobre el cómo. Nadie puede poner en duda que era una jornada para ganar.

Y lo primero que hizo Sarabia para iniciar el camino hacia la victoria fue menear el avispero. Tocó el once titular, tanto en nombres como en esquema táctico, quitando y poniendo galones a jugadores importantes, devolviendo a Yago al lugar del que nunca debió salir, regresando a su línea de cuatro atrás y apostando, bastante fuerte, por una zona creativa en la que Febas y Mendoza llevaron la manija del equipo.

El Elche logra un triunfo de prestigio ante el Sporting (2-1)

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La fórmula planteada no trajo de vuelta al Elche de La Rosaleda. El Sporting tenía bien trabajado el modo de desconectar arriba a los franjiverdes, lo que dejó mucho acercamiento al área de Yáñez, pero poco remate. Álvaro Núñez, con un tímido intento con la zurda desde dentro del área, y un detalle de Mendoza en uno de esos esláloms que embelesan al personal, dieron aire al tedio general. En cuanto a los asturianos, la mejor opción la tuvo Olaetxea en una acción a balón parado mal defendida por los ilicitanos en la que Dituro volvió a demostrar que sus dudas han quedado atrás con una certera parada.

En el paso por vestuarios del intermedio a todos los protagonistas del duelo les debió quedar claro que el 0-0 solo se podía romper con un chispazo de calidad o con un error flagrante. Rubén Albés movió ficha primero, protegiendo su lateral izquierdo: quitó a Pablo García, que tenía una amarilla, y metió a Cote. Por ahí llegó el 1-0.

Todos los goles en el segundo tiempo

La calidad, sin embargo, nació por el lado opuesto. Yago de Santiago, demasiado previsible durante la primera mitad, recibió en la izquierda, se acomodó el esférico en su pie derecho y, en el horizonte, vio el desmarque de Óscar Plano y metió una asistencia fantástica, que superó al recién ingresado Cote y conectó con la cabeza del ataque franjiverde, lanzado en plancha hacia el gol y la gloria.

Con ventaja en el marcador, el plan de partido cambió para los dos contendientes. El Sporting se vio obligado a proponer más y el Elche no tuvo reparos en esperar su oportunidad, más agazapado de lo habitual. De un robo en el centro del campo nació el segundo tanto local, en el que la dosis extra de calidad la puso Mendoza.

El canterano aprovechó su oportunidad como titular con una asistencia que encumbró una tarde notable en diferentes aspectos. Esa rápida contra que se había gestado de una recuperación de Febas la finalizó el otro organizador. Mendoza, con frialdad y precisión, aguantó lo preciso en el balcón del área para esperar movimientos de rivales y amigos. Entre estos últimos emergió el kosovar Rashani, que había ocupado el lugar sobre el césped de Yago, lesionado. Dos toques sutiles para superar a defensa y portero y doblar una ventaja que ya nadie pensaba que se podía escapar.

Sin embargo, la tarde pedía oficio. Más aún. Y el Elche se metió en problemas con un flojo marcaje a Dubasin, aprovechado por este para recortar distancias y hacer saltar la alarma. Con un cuarto de hora por delante, al proyecto de Sarabia le llegaba un momento clave para mostrar fortaleza o debilidad.

Entonces, el técnico metió en el campo a Diaby y Cristian Salvador para amurallar las inmediaciones de Dituro. Y, con el catalán de almirante principal, defendió con éxito todas las acometidas sportinguistas. En una, eso sí, hubo susto. Nacho Méndez cayó dentro del área en una pugna con Salinas en la que, por suerte para los intereses del Elche, ni el árbitro ni desde la sala VOR vieron punibilidad alguna. El oficio tuvo premio. Tres puntos que dan aire al proyecto de Sarabia, que demostró ser capaz de ganar en días en los que el «plan A» no sale.