Elche CF

Un gran poder conlleva una gran responsabilidad

El mercado invernal del Elche, recién cerrado, deja un claro ganador a corto plazo, Eder Sarabia, y uno esperado de aquí a junio, el club

Eder Sarabia, Christian Braganik, Pedro Schinocca y Pepe Contreras, tras el cierre del mercado.

Eder Sarabia, Christian Braganik, Pedro Schinocca y Pepe Contreras, tras el cierre del mercado. / ECF

David Marín

David Marín

Eder Sarabia es el ganador del mercado invernal de fichajes del Elche. Se han satisfecho sus deseos, tanto el de reforzar las dos únicas posiciones que parecían cojas en la plantilla como el regalo de última hora que surgió a través de la posibilidad del trueque con el Zaragoza. Sentado a la derecha del padre, en una referencia bíblica; la imagen que el propio entrenador compartió a través de sus redes sociales para anunciar, minutos antes de la medianoche, el cierre del zoco futbolístico en clave franjiverde, es más que elocuente del poder que ha adquirido a la hora de configurar la plantilla. Así fue en verano y así ha sido en invierno.

No se recuerda una conexión tan fluida entre despachos y banquillo en el Elche en la era Bragarnik, pese a que varios de los anteriores inquilinos del mismo eran hombres muy cercanos al propietario. Sarabia debe agradecer que se hayan satisfecho de esta manera sus peticiones porque no siempre ha sido así. En su día, Jorge Almirón pidió seis fichajes en enero y le llegó un portero. Hace un año, Sebastián Beccacece no recibió el delantero que esperaba.

La sintonía es total, pese a que el fútbol ya se sabe que en ocasiones tiene la memoria de un pez. En ambas direcciones. Pueden bastar una colección de derrotas para cortar la relación contractual, igual que el éxito de un entrenador conllevará el interés de clubes de los llamados más grandes que tentarán al técnico con otros proyectos. El Elche debe estar, y da la sensación de estarlo, siempre por delante como institución que cualquier entrenador o futbolista.

Poder merecido

Eso no quita para reconocer que el poder que ha ido ganando Sarabia sea merecido. El vasco llegó en un verano tormentoso y salió ileso de un inicio de temporada dubitativo en cuanto a resultados, que no en lo que a idea de juego se refiere. Con su forma de ser se ha ganado al vestuario, pese a que al final cada futbolista siempre quiera jugar, a los empleados, a sus jefes... y a la afición. Su personalidad arrolladora y su pasión por el fútbol le han llevado a aparecer en la mencionada imagen. Y a ser él mismo el encargado de hacerla pública. No se recuerda una instantánea así, con el entrenador tan cerca del propietario, en los pasados mercados. Tampoco que sea el mismo técnico el portavoz de la entidad para dar por concluido el mismo. Detalles que muy posiblemente ni son casuales ni pretenden serlo.

En cuanto a lo meramente deportivo, el balance del mercado de fichajes lo dará el tiempo. Quien esto escribe no es precisamente un fanático de esta ventana en mitad de la temporada, receloso de jugadores que llegan sin ritmo de competición en la mayoría de los casos. Sin embargo, no es cuestión de ser obtuso ni tener una mentalidad terraplanista cuando la ciencia, por ejemplo, te muestra que los cuatro fichajes (Jairo, Pejiño, Germán Valera y Marc Aguado) llegan con un total de 55 partidos oficiales y 3.162 minutos en sus piernas en lo que llevamos de temporada; mientras que los cinco que se han ido (uno más) llevaban 58 encuentros y 2.843 minutos, contando partidos con el filial (Barzic) y las selecciones (el propio croata y Rafa Núñez). Por lo tanto, la plantilla a 4 de febrero tiene más rodaje que la de diciembre, con la incógnita que genera en este sentido Pejiño, totalmente inadvertido en la primera mitad de la campaña.

Marc Aguado, en su primer entrenamiento con el Elche

Marc Aguado, en su primer entrenamiento con el Elche / Jesús Hernández/ECF

Sarabia está más que contento con las herramientas que quedan a su disposición para pelear por el ascenso, pese a que haya habido nueve variaciones a lo largo del último mes, entre entradas y salidas. Tiene al deseado Marc Aguado para reforzar la medular, lo que le abre la opción de mover de posición a Febas cuando lo considere oportuno. Suaviza la importante baja de Yago con cuatro opciones para esa misma demarcación, los tres nuevos (Valera, Pejiño y Jairo, que también podría desempeñar ese rol, llegado el caso) y Rashani, lesionado durante los primeros meses de competición. Y gana una variante en el lateral, donde Salinas no ha podido pillar ni un resfriado hasta la fecha. Sonriente y a la derecha del padre, ahora le toca sacar el rendimiento que se espera a lo que se ha puesto a su disposición. Ya saben, un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Y no duden que el entrenador del Elche está mentalizado para afrontarla. Tras actuar en los despachos toca seguir haciéndolo en el césped.

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