El Elche se deja el liderato ante diez

Con todo a favor, el lienzo se emborronó. El Elche estaba pintando una especie de obra de arte en Almería. Prácticamente todo salía bien. Incluso cada cara o cruz le sonreía, con un gol en el que la duda entre si Salinas se ayudó o no con el brazo era tan evidente como el partidazo que se estaban marcando los hombres de Eder Sarabia, con algún susto, imposible no tenerlos con Luis Suárez y compañía enfrente. Un ejercicio de superioridad. Un golpe encima de la mesa.

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Incluso a un cuarto de hora del final la fortuna parecía sonreír otra vez a los franjiverdes. El colegiado decide castigar una falta absurda de Selvi con la segunda amarilla. El Almería, con diez ante un rival que le estaba llevando al límite, resistiendo con bravura al escalador que lanza continuos ataques en cada rampa de un puerto de montaña, pero que no termina de soltar a su persistente perseguidor. Esa debía ser la acción que finiquitase el partido. Y fue lo contrario.

El Elche perdió precisión y tranquilidad. Y el Almería empató con diez. El liderato ilicitano duró 26 minutos, los que pasaron entre el 0-1 de Salinas, que ya marcó en la primera vuelta ante el mismo rival, y el 1-1 de Arnau Puigmal. La ley del ex se aplicó una vez más. Se podría recordar también aquella máxima que dice que el deporte profesional castiga al que perdona demasiado. De hecho, justo antes del empate Adam Boayar había rozado la sentencia con un tremendo disparo que limpió el poste defendido por Maximiano. El canterano también tuvo el 1-2 en el tiempo de prolongación, pero el fútbol dictó tablas.

Gran actuación del Elche

El Elche no debería volver deprimido de Almería, pese a esa sensación que se va a quedar de haber dejado escapar dos puntos. Hizo prácticamente todo lo que debió para ganar, pero en esta ocasión la puntería no fue la mejor virtud franjiverde. Ya tocaba alguna noche en la que se fallase más de lo que se metiese. El amargor se produce por el día que era. El ideal para coger el liderato.

Sin Fernández Mercau, Sarabia apostó por lo que más le pedía el cuerpo, juntar a Febas y a Marc Aguado. Y el leridano ofreció una exhibición, especialmente en el primer tiempo. Liberado de otras labores se dedicó a romper líneas. Apenas tardó unos segundos en hacerlo por primera vez, plantándose solo ante Maximiano. Quizás le faltó decisión entre rematar o pasar a Mendoza y ese híbrido que emanó de su bota derecha lo despejó Kaiky en el área pequeña.

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La segunda genialidad de Febas llegó cerca del descanso, pero merece la pena ser contada ya. Cogió el balón en su campo y fue quebrando líneas, apoyándose en compañeros, hasta introducirse en el área almeriense. Donde a otros se les apaga la luz ante la falta de oxígeno y la presencia de la portería rival, a Febas se le encendió la bombilla. Cedió con el tacón a «Canario» Álvarez para que, aparentemente, este marcara a placer. El uruguayo debió ser el primer sorprendido porque en lugar de disparar de primeras controló el balón y dio tiempo a que Maximiano se le echara encima y repeliera su remate.

Duelo vibrante

El duelo entre ilicitanos y almerienses fue vibrante. Con dominio visitante, sí; pero con resistencia local, que apretó siempre que tuvo opción, metiendo en algún que otro apuro a Dituro. El argentino solventó bien un remate centrado de Lázaro, que no tuvo su día. El Elche por su parte, tuvo más opciones para marcar, con un centro de Valera al que no llegó «Canario» por poco y un primer intento de Salinas antes de su gol.

El propio Valera marcó nada más iniciarse el segundo acto, con un sutil toque de calidad para esquivar al meta indálico, pero el asistente vio bien que Nico Castro tardó esa décima de segundo extra en meter el pase que dejó adelantado al recién llegado, compuesto y sin estreno anotador. La barrera del gol la rompería Salinas tras otra acción de toque continuo franjiverde y una gran asistencia de Germán, acomodada con el pecho según insistía el callosino, aparentemente con la mano según alguna repetición, no así la del VAR.

Y con todo a favor llegó la expulsión de Selvi. La ocasión de Adam. Y el gol de Arnau Puigmal, que cazó de volea perfecta, precisamente a la espalda de Salinas, un envío de Kaiky. A partir de ahí el Elche dejó de ofrecer su mejor versión, pero al menos no permitió fisuras por las que el Almería pudiera optar a la heroica. Affengruber, brillante un día más, secó a Luis Suárez, con la inestimable colaboración de Bigas.

La felicidad no fue total, aunque el proyecto franjiverde debería regresar fortalecido del campo de un rival directo. Tan cierto es que el Elche se dejó el liderato en un cuarto de hora contra diez como que fue bastante superior a un candidato al ascenso durante 75 minutos de un duelo que no defraudó a nadie.