Cádiz-Elche | Brillantez y oficio camino de Primera

Directa hacia Primera. Sin mirar atrás. El Elche, en una temporada notable, ha cogido la racha idónea en el momento justo. Esa que te hace ganar cuando eres muy superior a tu rival y que te da puntos extra por la acumulación de detalles en jornadas de toma y daca. Un golazo de tu lateral derecho, varias paradas de tu portero, un balón que le supera y aparecen tus dos centrales para salvarla sobre la línea y, sobre todo, el signo definitivo: un tanto de tu rival anulado por el ansia de su delantero de rematar la pelota que entraba ya en la portería.

Sarabia: "Es una pasada ser el entrenador de este equipo"

Todo a favor, de cara para un ascenso que parece inevitable. En estos momentos nadie osaría a decir lo contrario de un Elche que es capaz de exhibirse sometiendo a sus rivales y de sufrir cuando estos, especialmente en sus feudos, le ponen contra las cuerdas. Lo hizo el Córdoba y los hombres dirigidos por Eder Sarabia ganaron. Lo hizo el Cádiz y el resultado fue el mismo. En 14 millones de futuros el Elche es equipo de Primera División en la 2025-2026. Solo queda esperar que precisamente el de esta línea temporal no sea el que no.

Para ganar en el Nuevo Mirandilla el Elche tuvo que insistir a la hora de encontrar el gol (legal). Le anularon uno en la primera parte, a «Canario» Álvarez, por un fuera de juego muy justito (la rodilla al lanzar el esprint) de Germán Valera en el inicio de la jugada. Mourad no atinó en un par de ocasiones. El que sí lo hizo, y de qué manera, fue Álvaro Núñez. El primer fichaje de esta temporada, posiblemente el de menos pedigrí.

Golazo de museo

El lateral enganchó un pase a la nada del propio Valera, que sumó una asistencia posiblemente en su acción menos afortunada, ya que el murciano fue el franjiverde más activo en la Tácita de Plata, un continuo dolor de cabeza para los dos carrileros rivales. Núñez premió de este modo el tesón de Fernández Mercau y Marc Aguado, quienes previamente habían luchado para robarle en área contraria un balón a Diakité. Conforme vino la empalmó. Todos la vimos en el córner, pero el efecto dibujó un camino precioso hacia la gloria, alojándose en la escuadra de la portería del Cádiz.

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Antes y después del 0-1 al Elche le tocó fajarse, defender y sufrir. Se quitó, una vez más, ese sambenito de equipo que solo sabe tocar y atacar. Y, sobre todo, supo anestesiar el ritmo del duelo cuando le interesó, al regresar de vestuarios, tras un final de primer acto de continuos vaivenes que no le venían bien y que dejaron fuera de circulación a Febas por culpa de un golpe en el tobillo.

En el primer tiempo el Elche supo encontrar sus opciones con desplazamientos en largo, pero a Mourad le faltó algo clave en un «9»: definición y estar en el sitio oportuno. Tuvo un par de ocasiones de encarar a David Gil, sin provecho, y sobre todo un pase de la muerte de Valera en el que la pelota se le quedó atrás. Sin embargo, ejerció bien de ancla en esas salidas en largo. En una de ellas, precisamente tras una gran presión gaditana que obligó a Dituro a mandar un balonazo, el hispano-marroquí habilitó a Valera, que hizo con Iza casi lo mismo que Bale hiciera con Marc Bartra en su día. El extremo se la devolvió a Mourad, pero este remató al aire y tuvo que ser «Canario» quien marcara un gol posteriormente anulado por el VAR debido al mencionado fuera de juego por una rodilla de Valera.

La opción salvada envalentonó a un Cádiz que no perdía en su feudo desde finales de noviembre (8 partidos). Un error en el pase de Nico Castro permitió a los locales firmar una contra en la que Sobrino lo hizo todo perfecto, conduciendo hasta el borde del área, atrayendo defensas y asistiendo a Chris Ramos con un taconazo que no fue gol porque Dituro desvió lo justo el disparo para que este lo repeliese el poste.

Sufrimiento de campeón

La animosidad del Cádiz a partir de entonces tuvo la respuesta autoritaria del líder, que impuso el estilo que le beneficiaba, más pausado y sin tanta presencia de área a área, hasta que a Álvaro Núñez le dio por competir con Febas (al Eldense) como el mejor gol de la temporada en Segunda División. Tocaba sentenciar o sufrir. Hubo bastante más de lo segundo.

El Elche se vio con el partido igualado tras un saque de esquina en el Chris Ramos presentó sus 193 centímetros para imponerse en el salto a la defensa ilicitana. Su testarazo iba camino del 1-1 hasta que a su compañero De la Rosa, en posición de fuera de juego, le dio por tocar un balón que ya entraba. El VAR fue igual de inmisericorde con los andaluces como había sido con los franjiverdes.

El epílogo del duelo dejó otro milagro de Dituro, a remate cercano otra vez de Ramos. El meta argentino incluso sacó otro mano a mano, ya en el descuento, que iba a ser anulado. La única que le superó, un remate de cabeza colocado de Carlos Fernández, la salvó Bigas bajo palos. También estaba Affengruber para sacarla. Muestra del oficio de este líder. La magia ya la había puesto Álvaro Núñez con un golazo que allana el camino hacia Primera.

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