Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Elche CF | Análisis

Elche CF: Vivir con miedo o morir felices

Salir a Huesca a por el empate es jugar a algo a lo que este Elche no sabe, por lo que sería más peligroso que mantener tu idea de siempre

Mourad choca la mano con Pedro Bigas tras marcar al Levante, ante la mirada de los dos «Nicos», Castro y Fernández Mercau

Mourad choca la mano con Pedro Bigas tras marcar al Levante, ante la mirada de los dos «Nicos», Castro y Fernández Mercau / Alex Domínguez

David Marín

David Marín

No por esperada, al final era un duelo entre primer y segundo clasificado, provocó menos dolor la primera oportunidad no aprovechada que tuvo el Elche para sentenciar su ansiado salto a Primera. Un partido guionizado desde el minuto 1 por el mismo Julián Calero: concentración defensiva, verticalidad, gol en la primera ocasión, otro gol tras un fallo en la salida desde atrás franjiverde... Hubo «contragolpe» incluso a la reacción local. Tras el 1-2 y plena ebullición del Martínez Valero, la cordura que puso el Levante con sus cambios sentenció la velada.

La derrota demuestra la condición humana de este Elche, que por muy bueno que sea y muy bien que desarrolle su idea de juego no deja de ser un equipo de Segunda, con sus evidentes carencias que a veces se pagan. Esa misma condición humana y la cercanía del desenlace de la temporada también nos puede llevar a cuestionar todo aquello que se lleva trabajando desde julio. Y que ha servido para, antes de empezar la jornada 40, ser líderes.

El Elche vive una semana larga. De dudas internas, seguro, y externas, más palpables. Solo hace falta darse una vuelta, bien por los bares de toda la vida, bien por esa taberna del siglo XXI que son las redes sociales. Seguramente habrá quien le siga pidiendo a Eder Sarabia otras cosas. Por ejemplo, que su equipo juegue a especular con los resultados. Que salga a no perder. Que aguante. Que se meta atrás.

ADN Elche

No está eso en el ADN de este Elche, que ahora es el de Sarabia como el año pasado lo fue de Beccacece. Sin embargo, la idea global no es esa. La filosofía por la que ha apostado el proyecto de Christian Bragarnik va más allá de unos entrenadores que, obviamente, deben seguir una línea continuista cuando entren y salgan de la entidad ilicitana. Este Elche ascenderá (o no) con su manera de jugar.

Porque en el fútbol nadie te garantiza el resultado final. Y porque como ocurre en la vida existen dos opciones: vivir feliz y morir habiendo disfrutado del camino o vivir con miedo y morir con esa dichosa sensación de haber pasado por este mundo con pesadumbre y desgana, sin disfrutar. Y este Elche, llámenlo de Sarabia, de Bragarnik o de los «pasesicos» ha elegido la primera opción. Y no lo ha hecho ahora sino durante la gestación del proyecto, cuando casi nadie creía en un entrenador que venía de haber sido destituido en el Andorra ni en un dueño al que se trata de genio cuando la pelota entra y de especulador cuando no.

Llega ahora el Huesca. Y luego el Málaga. Y después el Deportivo. Ojalá el camino se detenga ahí, aunque cabe la posibilidad de que no. Es mal momento para dudar, más allá de lo que sea necesario con el objetivo de mejorar los errores de cada día. Este Elche está hecho para dominar. Y, aunque duela escribirlo, incluso para perder en días como el del Levante antes que para empatar en días como el del Granada, posiblemente la jornada en la que menos valentía ha mostrado el conjunto franjiverde. No siempre el rival va a lanzar fuera un penalti.

La plantilla del Elche atiende a Sarabia antes de iniciar un entrenamiento en el Díez Iborra.

La plantilla del Elche atiende a Sarabia antes de iniciar un entrenamiento en el Díez Iborra. / ECF

Jugar a lo que sabes

Salir a Huesca a por el empate es jugar a algo a lo que este Elche no sabe, por lo que pese a que suene a incongruencia sería más peligroso que mantener tu idea de siempre, la de ser dominador y propositivo. Porque en este caso, además, si los hombres de Sarabia pueden tener alguna duda tras la derrota del fin de semana pasado, los de Antonio Hidalgo todavía deben andar preguntándose cómo pudieron perder en Albacete un partido que tenían ganado en el minuto 98.

El Huesca va a ser un rival herido. Y solo le vale la victoria. Por lo que, en su caso, deberá proponer un plan de partido algo diferente al que hubiese ideado si la jornada pasada hubiera ganado. Dudar en la antepenúltima semana de una temporada es humano. Lo importante es que esas dudas no te paralicen. Que te ayuden a seguir adelante. Aunque el Levante te haya negado la posibilidad de haber sentenciado el ascenso. Aunque Salinas no pueda ser alineado. Aunque tus delanteros no atraviesen por la mejor racha de cara a gol. Aunque haya quien aproveche el mínimo resquicio para pedir de vuelta un estilo de otra época. Porque al final del camino no hay nada como vivir sin miedo y morir felices.

Tracking Pixel Contents