Aprovechando la oscuridad y sin ningún tipo de escrúpulo, "no sabemos exactamente quién" derribó hace unos días el edificio de la estación elevadora del Pont de Diez y Santa Fe, según ha denunciado a este periódico la Associació per al Desenvolupament Rural del Camp d'Elx y el profesor de la Universidad de Alicante, Carlos Martín.

Una infraestructura emblemática del campo ilicitano, símbolo de la colonización de los antiguos saladares de Elche, ha desaparecido completamente del mapa, como si hubiera sido borrada. "Estamos completamente escandalizados por lo ocurrido", expone Marga Guilló, presidenta de la asociación, quien explica que "el derribo se produjo, según nos han comentado los vecinos, un viernes por la noche, aunque no sabemos ciertamente quién dio la orden".

La construcción "se encontraba en muy mal estado, pero eso no es motivo suficiente para derribarla sin más, nos parece algo descabellado y un ejemplo más de que el patrimonio rural de Elche está completamente abandonado", añade Guilló.

El profesor de Ecología Carlos Martín, coordinador del proyecto europeo Wadi (destinado al estudio del sistema hídrico de El Hondo y su entorno), lamenta "profundamente" los hechos al haberse perdido "el elemento que representaba el intento de cultivar las últimas parcelas de los antiguos saladares ilicitanos, el remate del sistema de aprovechamiento de las aguas del campo ilicitano".

El edificio arrasado, cuya titularidad era desconocida, tenía "un gran valor. Era un inmueble pintoresco y característico del campo". Situado junto a la carretera de Dolores, "paisajísticamente era muy relevante al encontrarse entre el límite de El Hondo y Las Salinas, cerca de la sierra del Molar, junto a la desembocadura del Vinalopó y las balsas de Riegos El Progreso", apunta el experto, que destaca que además de la vivienda del operario y de una oficina, disponía de una sala de máquinas con un importante patrimonio hidráulico de los años 50, con un motor, una bomba y un sistema de impulsión", explica el profesor, que se pregunta "¿dónde estará este material?", mientras Guilló cuestiona "¿quién lo ha derribado?".

La presidenta de la asociación considera que "el edificio debería haber estado inventariado en el listado de patrimonio industrial hidráulico del Ayuntamiento y de la Generalitat. Si esta es la política municipal de conservación estamos escandalizados".

La entidad está ya trabajando junto al profesor Martín para registrar en el Ayuntamiento una lista con los principales elementos del patrimonio hidráulico ilicitano, "porque estamos muy preocupados por que este tipo de acciones se puedan repetir", concluye Marga Guilló.