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El alcalde de Elche, Alejandro Soler, ha remitido a la familia de Miguel Hernández una nueva propuesta para lograr que el legado del poeta continúe en las dependencias de la Biblioteca Central Pedro Ibarra, como ha ocurrido desde aquel verano de 1984, en el que Josefina Manresa, viuda del poeta, firmó un acuerdo con el Ayuntamiento ilicitano para dejar en depósito su legado, así como otros elementos patrimoniales relacionados con el escritor de Orihuela.

Posteriormente, el acuerdo se prorrogó el 3 de julio de 2002 con una vigencia de siete años... Desde principios del pasado verano los intentos del primer edil por convencer con sus propuestas a los herederos no han conseguido reconducir una situación marcada por los altibajos y la falta de entendimiento, donde las dos partes no han "comprendido" las razones de su teórico "oponente" en la negociación. En este sentido, fuentes municipales han confirmado que "hasta el momento se han realizado tres ofertas, pasando de la propuesta inicial de compra, a mantener el depósito con opción final también de compra; hasta la última, en la que se añade la puesta en marcha de una fundación que se encargaría de dirigir el destino del Centro Hernandiano de Estudios e Investigación y en donde, lógicamente, estaría representada la familia de Miguel Hernández", según las mismas fuentes.

Mientras los herederos del escritor plantean mantener una situación que se ha respetado en los últimos años, pero actualizándola a la realidad de 2010; los representantes municipales no pueden olvidar la inversión realizada en el legado durante el último cuarto de siglo. Las heridas, no obstante, se mantienen también abiertas por la falta de entendimiento en la tasación de los documentos y objetos que se incluyen en el legado. Pese a todo, el alcalde ilicitano, según las citadas fuentes, confía en que pueda haber una aproximación al entendimiento que lime las diferencias que se han podido constatar entre ambas partes desde hace casi nueve meses.

Paquetes en la biblioteca y silencio sobre el Centro

La negociación entre el Ayuntamiento de Elche y los herederos del poeta se ha convertido en un constante frenesí de situaciones encontradas; en donde, incluso, ha habido momentos al límite en los que todo parecía o estaba roto. Tal vez por ello, según han confirmado las mencionadas fuentes municipales, el legado ha comenzado a ordenarse para una posible salida de las instalaciones ilicitanas de la Biblioteca Central Pedro Ibarra, donde se encuentra desde hace más de 25 años.

En este sentido, y según las mencionadas fuentes, la inauguración del Centro Hernandiano de Estudios e Investigación de Elche, construido expresamente para albergar el legado y para que los investigadores pudieran consultar los documentos del poeta Miguel Hernández, se ha tenido que suspender hasta que, en uno u otro sentido, se resuelva el destino próximo e inmediato de los manuscritos, textos, libros y objetos personales que acompañaron a Miguel Hernández en su existencia y que fueron acumulando sensaciones y sentimientos de su entorno familiar y más cercano. Hasta que llegue ese momento, el Centro Hernandiano se mantiene en silencio.