El Juzgado de Primera Instancia número 2 de Elche ha condenado al festero que portaba el arcabuz que explotó y dejó cuatro heridos durante el Alardo de los Moros y Cristianos de 2008 a un mes de multa a razón de seis euros de cuota diaria, otra multa de diez días a razón de seis euros diarios y a la privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante un año por dos faltas de lesiones imprudentes. Además, tendrá que indemnizar a la mujer que resultó herida en el hombro por el impacto de una esquirla del trabuco cuando estaba en su casa con 156.652 euros (aunque pedía unos 210.000 euros), y al otro festero herido con 8.743 euros.

Además, la sentencia declara la responsabilidad civil directa de la compañía aseguradora, que deberá pagar la indemnización correspondiente a la mujer, hasta el limite de 60.101 euros. Asimismo, se reconoce que la Asociación Festera de Moros y Cristianos es la responsable civil subsidiaria, como organizadora del acto.

Por otro lado, el juzgado ha acordado la absolución de la Unión Nacional de Entidades Festeras de Moros y Cristianos (Undef), el Ayuntamiento de Elche, y el padre del festero que portaba el arcabuz, que había donado el arma a su hijo, aunque no existía documentación al respecto.

Las partes disponen ahora de cinco días para interponer el recurso de apelación. De hecho, el abogado del hombre al que le explotó el arcabuz, Miguel Torres, explicó que "vamos a recurrir ante la Audiencia Provincial, ya que seguimos manteniendo que la responsabilidad tiene que ser compartida entre la Asociación de Moros y Cristianos, y el festero al que le explotó el arma".

Por su parte, desde la Asociación de Moros y Cristianos aseguraron que la junta directiva del colectivo decidirá en los próximos días si recurre la sentencia, aunque precisaron que, "al menos, ha quedado acreditado que no hemos tenido ninguna responsabilidad penal en los hechos, y que tampoco ha habido imprudencia". Precisamente esta circunstancia ha sido la que ha hecho que no se hayan establecido indemnizaciones para el hombre que llevaba el arcabuz siniestrado, pese a que perdió dos dedos de la mano derecha y parte de un oído, y por lo que reclamaba unos 175.000 euros. El cuarto herido, de carácter leve, no se presentó como parte en el proceso.

"Estoy decepcionado porque todos me han dado la espalda"

El festero al que le explotó el arcabuz durante el Alardo de 2008, Francisco Javier Piñol, aseguró ayer sentirse decepcionado por la actitud que, tras el accidente, adoptó la Asociación de Moros y Cristianos, colectivo al que pertenecía desde que era apenas un niño, según confesó. "Me han dado la espalda desde el principio, se pusieron en contra mía como si yo fuera el culpable, y se aliaron con el seguro", sentenció. Incluso llegó a afirmar que, "desde entonces, sólo he tenido una reunión con el entonces presidente de los Moros y Cristianos, a los dos días de salir del hospital, y nunca más se preocuparon por saber cómo estaba, lo único que les interesaba era buscar un cabeza de turco para tapar sus irregularidades. Sin embargo, este accidente podría haberle pasado a cualquiera, porque en aquel momento el 25% de los trabucos estaba sin guías, y sólo nos pedían el carnet de conducir, el pago de la cuota y la cantimplora para la pólvora que teníamos que alquilar".

Por su parte, desde la Asociación de Moros y Cristianos se limitaron a declarar que "nosotros no nos hemos desentendido de nadie, sólo nos hemos limitado a defender nuestros intereses".