La presión asistencial que se viene registrando desde hace hace meses en la Unidad de Prevención del Cáncer de Mama y las largas listas de espera de pacientes para ser examinadas ha llevado a esta área asistencial a una situación casi insostenible.

En estos momentos, el equipo que se encarga de realizar las mamografías a las mujeres cita a medio centenar de pacientes en horario de mañana y a otras tantas por la tarde, a pesar de que la Inspección de Trabajo ya alertó en 2008 de que el número de citaciones aceptable es de 30 en cada turno y que el calendario óptimo se situaría en un máximo de 35, pero nunca en una cifra superior a ésta.

Sin embargo, el hecho de que la demora para una exploración se sitúe en estos momentos por encima de los ocho meses de espera provoca que desde la administración se conmine a los trabajadores a aumentar diariamente el número de visitas. "El personal está siendo sobreexplotado, fundamentalmente porque la única fijación de los responsables de Salud Pública es eliminar la lista de espera, pero a costa del desgaste del personal que, además, no puede proporcionar al paciente la atención y el tiempo que precisa", indicaron los delegados sindicales de Comisiones Obreras.

Este servicio se encuentra desbordado desde que en junio de 2010 abriera sus puertas el Hospital del Vinalopó, que asumió desde el punto de vista sanitario la población de Aspe, Hondón de las Nieves y Hondón de los Frailes, unos usuarios que pasaron directamente a depender del área de Salud Pública del Baix Vinalopó que ni entonces ni ahora ni ha visto reforzado su personal.

A pesar de que la situación va empeorando con el paso del tiempo, desde la Conselleria de Sanidad se limitan a explicar que la situación obedece a un hecho coyuntural que ha coincidido con un fuerte aumento de mujeres que se incorporan al programa de detección precoz por la edad media de la población en la zona y que entran a formar parte de la población diana, "aunque se han aumentado los turnos de trabajo para intentar acortar en todo lo posible los plazos y absorber la lista de espera a la mayor brevedad".

Desde Comisiones Obreras se asegura que, además de la fuerte presión que supone tener ocho minutos para realizar cada una de las exploraciones "aunque haya pacientes que por su situación física o por sus recelos psíquicos necesitan más tiempo", los trabajadores no sólo hacen las mamografías, sino que también tienen que hacer registros, elaborar las estadísticas y hacer placas complementarias para sustituir las que por cualquier circunstancia no han salido bien "y volver a citar a las pacientes, aunque estos no se incluyen en el programa de citaciones diario", aseguraron desde Comisiones Obreras.

Además, cualquier eventualidad provoca que las pacientes citadas para una jornada tengan que volver en otro momento porque no hay huecos libres en las agendas que contemplen, por ejemplo, la necesidad de parar unos minutos el mamógrafo para hacer algún ajuste técnico.

En estos momentos, el volumen de mujeres adscritas a la Unidad de Prevención del Cáncer de Mama ubicada en el centro de salud de Altabix puede rondar las 40.000.

Los responsables sanitarios también han hecho hincapié que la zona de Elche es una de las que mayor tasa de cumplimiento registra respecto a este servicio y donde el índice de cobertura ronda el 85%, no sólo en las primeras visitas, sino también en las revisiones.

Los responsables sanitarios también inciden en que parte de la demora que se está produciendo en estos momentos se debe a que los procedimientos han cambiado. Antes se hacían dos proyecciones en la primera visita para descartar cualquier alteración, y con posterioridad se efectuaba sólo una en cada revisión. Ahora, para mayor seguridad, se hacen dos proyecciones en cada una de las exploraciones.

Además, esta situación está provocando que el programa, pensado inicialmente para mujeres a partir de los 45 años, se demore, al menos, un año y que hasta que las beneficiarias no cumplan los 46 no sean citadas en la unidad. Al parecer, la decisión trata de "ahorrar" usuarias y evitar que las demoras aumenten más y superen el año. "Todo esto provoca una gran ansiedad no sólo entre los trabajadores, sino entre las propias mujeres", aseguraron los responsables de Comisiones Obreras.