La alcaldesa de Elche, Mercedes Alonso, tiene claro que el proyecto del nuevo Mercado Central va a salir adelante sí o sí, o al menos eso es lo que persigue. Por eso, ayer se empeñó por activa y por pasiva en proclamar que cuenta con el respaldo de los comerciantes y de los placeros, hizo depender la supervivencia del centro histórico del proyecto, y atribuyó el rechazo que está generando todo este tema a unos supuestos «enemigos externos» de la ciudad... Y todo ello lo dijo en 30 segundos, 30 segundos contados que cortó con un «muchas gracias», pero en los que no dijo ni media del aspecto más conflictivo de los pliegos para la adjudicación de las obras: la posible cesión en propiedad, pasados 40 años, de dos plantas del futuro mercado a la empresa que construya el proyecto, además del importe que cobrará por la venta de plazas de aparcamiento en otra de las plantas.

La regidora ilicitana dijo literalmente que «los comerciantes y los placeros están de acuerdo. He estado hablando con la presidenta de la Asociación de Comerciantes y otra serie de personas, y estaban de acuerdo. Los placeros ya tuvieron la reunión y estaban de acuerdo, y creo que no hay que entrar en el juego de personas interesadas que no son de la ciudad o que tienen algún interés extraño en no querer que se hagan cosas beneficiosas para la ciudad, para el comercio del centro de la ciudad y para la revitalización del centro de la ciudad».

Con estas palabras, la regidora ilicitana trataba de restar importancia al rechazo que ha generado el proyecto entre vecinos y comerciantes del entorno del Mercado Central, quienes han comenzado a recoger firmas, y acordaron en la reunión del martes por la noche recurrir a la vía legal para frenar el derribo del edificio y llevar una campaña informativa al resto de barrios y pedanías por lo que consideran una venta de patrimonio encubierta.Incluso fue más allá, y con sus palabras apuntó de forma indirecta de estar detrás de las movilizaciones a uno de sus exasesores, que estuvo como cargo de confianza hasta hace apenas unos meses, cuando le rescindió el contrato.

Mientras, el PSOE cambió ayer el paso. Y es que, por primera vez, los socialistas mostraron su rechazo al proyecto, pese a que el pasado mes de abril se abstuvieron en el punto en el que se debatía el Plan de Reforma Interior del Mercado Central, dando así de forma tácita el visto bueno al proyecto. No en vano, hasta la fecha, no se les había oído ninguna crítica más allá de alguna que otra queja muy puntual por el canon que se le quiere cobrar a los placeros. El portavoz del grupo municipal, Antonio Rodes, incidió en que «una obra de esta envergadura no se puede hacer peleándose con los placeros, que son los agentes que, en teoría, se van a encargar de la gestión y deben llevar el proyecto adelante, y tampoco se puede hacer con el rechazo de los comerciantes de al lado». En esta línea, dijo en tono irónico que «la alcaldesa tendrá que hacer las paces algún día con la ciudad». Sin embargo, por encima de todo, Rodes quiso dejar claro que «estábamos de acuerdo con el "proyecto anterior", porque siempre dijimos que era el mismo que habíamos hecho nosotros, pero ahora ya no es así. Antes se planteaba una concesión por 50 años y después revertía todo el edificio a la ciudad, y en estos momentos todo lo que hay bajo cota pasará a manos privadas pasados 40 años».

El que por el momento evitó pronunciarse fue el portavoz del Partido de Elche, Jesús Ruiz Pareja. Desde su equipo, se limitaron a decir que no tienen una posición clara al respecto, y que necesitan reunirse con todas las partes para conocer a fondo el proyecto, y ello pese a que los pliegos se aprobaron en la Junta de Gobierno Local del 2 de agosto y ya están a exposición pública.

Más dura se mostró la portavoz de Compromís per Elx, Mireia Mollà, quien instó a Alonso «a que permita a la ciudadanía participar en la elaboración del proyecto del Mercado Central», ya que, como señaló, «una actuación de esta importancia no puede hacerse a espaldas de los vecinos y de los mismos comerciantes, muchos de los cuales ya han mostrado su rechazo a la propuesta planteada». Paralelamente, apuntó que «el Mercado Central está siguiendo el mismo camino que la mayoría de actuaciones que formula este equipo de gobierno, que se ajustan a los intereses económicos de determinadas empresas, en lugar de guiarse por las necesidades de los ilicitanos». Finalmente, hizo hincapié en que «nos mostramos en contra de una propuesta que hipoteca la movilidad del centro y que incluye una gran área comercial que puede afectar negativamente al resto de comercios».