Al principio se les confunde con niños que tienen muchas manías y a veces sus conductas sin sentido para los demás pueden ser interpretadas como supersticiones. Pero a veces hay niños que desde bien pequeños presentan un trastorno obsesivo compulsivo que, si no es tratado, arrastrarán a lo largo de su vida. La psicóloga y experta Aurora Gavino intervino ayer en el III Symposium Nacional de Psicología Clínica y de la Salud con Niños y Adolescentes (organizado en Elche por el grupo Aitana de la UMH) y planteó la necesidad de que el diagnóstico llegue cuanto antes.

Y es que, según señala, se estima que un 2,5% de la población adulta padece este trastorno y que en torno a un 30% de los casos, los pacientes refieren que sus dolencias tienen origen en la infancia o adolescencia. También es cierto, señaló la especialista, que una enorme cantidad de diagnósticos son erróneos, porque se pueden confundir con otros trastornos y ello conlleva que el tratamiento no se ajuste a las necesidades.

El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) se define por pensamientos repetitivos (como cuando uno se despierta con una melodía que no logra quitarse de la cabeza) que angustian a la persona y que la llevan a tener conductas repetitivas pensando que si hacen o no hacen cualquier gesto (pisar líneas de adoquines, tocar o no tocar algunos objetos) se reduce la ansiedad asociada al pensamiento que les asalta y que les mantiene enganchados. Este trastorno se va colando en la vida cotidiana y dificultando su relación con los demás o el desempeño de tareas o de puestos de trabajo.

«Cuanto antes se detecte mejor, pero los niños intentan no decirlo porque creen que son raros, y mientras tanto los padres ven que tienen cierta irritabilidad, malestar o lloros, pero piensan que es una fase o que se debe a algo concreto, como que acaben de tener un hermano... Tiene solución y tratamiento», señala Aurora Gavino, quien también abordó ayer su experiencia con personas que tardan muchos años en ser diagnosticadas correctamente en este y otros trastornos, y que en el caso del TOC ha participado en un estudio de la Universidad de Málaga con 3.000 niños y replicado después con 4.000, mediante pruebas y entrevistas.

El congreso, en el que se han inscrito 400 personas, se clausura hoy a las 13.30 horas en el Centro de Congresos tras tres jornadas de talleres, conferencias y encuentros con expertos.