El mercado provisional, ubicado en la avenida de la Comunidad Valenciana, y en plena construcción para que esté listo a finales de este mes o principios de mayo, aglutinó ayer por la tarde, a partir de las 20 horas, una concentración en protesta por todo lo relativo al Mercado Central.

La novedad residía en que además de mostrar el malestar por cómo se están haciendo las cosas con esta iniciativa impulsada por el equipo de gobierno del PP, también se quedía dejar patente el enfado por el hecho de que se esté levantando una instalación «provisional» -si al final las obras del Mercado Central se llevan a cabo, éstas se prolongarán año o año y medio- en una zona verde.

Componentes de la plataforma Salvem el Mercat, en la que están implicadas prácticamente todas las fuerzas políticas opuestas al PP, además de otras organizaciones sindicales y algunos vendedores del propio mercado, se acercaron hasta el lugar.

En un lapso de tiempo donde el frío se dejaba acusar, bajo vigilancia policial y con la calle cortada desde las 18 horas, los concentrados leyeron el enésimo manifiesto -apenas se podía escuchar- donde se volvía a exigir consenso, paralización de las obras y búsqueda de una solución.

«Volvemos a decir no a este proyecto de Mercado Central. Las imposiciones de la alcaldesa no han frenado nuestra determinación a encontrar una mejor solución para el edificio», según el manifiesto.

Entre 200 y 300 personas, según el momento y quien hiciera el cálculo a primera vista, se dieron cita en esta protesta en la que no faltaron integrantes del PSOE, Partido de Elche, EU, Compromís, Ilicitanos por Elche, Guanyem, Podem, Ciudadanos e incluso la popular Enriqueta Seller.

«No es un mercado, es un expolio», se llegó a corear en los momentos finales de la protesta.