«La UE está muy preocupada por el fenómeno del espionaje industrial, ya que es una especie de expolio del capital intelectual, del "know-how" (saber hacer) de las compañías», señala el abogado Enrique Martín. Precisamente, el pasado 15 de junio se publicó una nueva directiva europea relativa a la protección de los conocimientos técnicos y la información empresarial no divulgados (secretos comerciales) contra su obtención, utilización y revelación ilícitas.
El objetivo principal de la directiva es proteger el valor de los secretos comerciales, estableciendo reglas en materia de protección frente a la obtención, utilización y revelación ilícita de esta información.
«No se trata, se refiere la directiva, de conocimientos puramente técnicos, sino que engloba información de índole comercial, como es la información de clientes y proveedores, planes comerciales o los estudios y estrategias de mercado. Además, tiene que existir un interés de mantener su confidencialidad, puesto que son valiosos para la empresa, para poder explotarlos en exclusiva», explica Martín.
España tiene ahora la obligación de adoptar cuantas disposiciones legales sean necesarias para cumplir con esta directiva antes del 9 de junio de 2018. Con esta acción, todos los países de la UE disponen de un marco común para un mercado interior que aspira a la eliminación de todas las barreras posibles para mayor fluidez en sus relaciones comerciales.