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A la expectativa en Arenales del Sol

Los vecinos se plantean ya nuevas movilizaciones, incluidas algunas en Elche

La indignación entre los vecinos de Arenales del Sol se ha incrementado en las últimas horas tras tener conocimiento de que la reunión en Madrid el pasado martes entre el alcalde de Elche, Carlos González, y la directora general de Sostenibilidad de la Costa y el Mar, Raquel Orts, además de con la edil de Turismo, Mireia Mollà y el concejal de Urbanismo, José Manuel Sánchez, se ha saldado sin ningún avance concreto con efecto inmediato.

Ante ello, el alcalde pedáneo de Arenales, Alejandro García, ya avanzaba ayer que de nuevo habrá movilizaciones de protesta, que se sumarán a las dos ya protagonizadas en este verano. Pero en este caso más allá de Arenales. Seguramente en la Plaça de Baix, frente al Ayuntamiento ilicitano.

Todavía no tienen fecha ni hora, pero se van a poner a trabajar para mostrar su malestar «porque nos sentimos ninguneados. No nos han escuchado y estamos enfadados», según el pedáneo de este enclave.

Alejandro García recuerda la pésima imagen que se ha dado a los turistas este verano con un inmueble que al principio aparecía semioculto por lonas y luego quedaba al descubierto, lo que permitía ver el esqueleto y el lamentable estado en que se encuentra este edificio.

«Ningún político del equipo de gobierno ha venido a Arenales este verano a darnos explicación alguna. Hay una dejadez absoluta, no han querido hacer nada, en todo caso un paripé», subraya el alcalde pedáneo, el cual considera que parte de lo que está ocurriendo es por culpa de responsables del Ayuntamiento.

Fernando Cano, presidente de la asociación de vecinos, reflexionaba ayer que para nada quisieran ver cómo el caso del hotel volvía a precipitarse en una espiral de trámites administrativos, burocráticos y judiciales que, de nuevo, prorrogarían durante muchos años la resolución de este polémico inmueble, ubicado en primera línea de playa.

«Arenales quiere hotel. Si se ha hecho algo mal, que se rectifique. Si hay que poner una multa, que se pague. Pero que se continúe con la obra», indica Cano, quien agrega: «Los vecinos quieren una solución y que las administraciones se pongan de acuerdo. El hotel es necesario».

Marcha de la inversión

De hecho, los vecinos no quieren ni oír hablar de que toda la cuestión podría volver a derivarse a los tribunales, con la consiguiente preocupación en Arenales de que la inversión se marche y el antiguo edificio se quede como está por muchos años más.

Por su parte, el alcalde de Elche rechazaba ayer totalmente que el desplazamiento a Madrid haya sido infructuoso. «De vacío es no ir. Lo que no sirve para nada es persuadir de espaldas. La reunión en sí misma es positiva», defendía la primera autoridad local.

Para Carlos González, el hecho de enseñarle una serie de fotografías a la responsable de Costas y de explicarle el impacto que está teniendo, es mucho más efectivo que dejarlo en que sea solo una carpeta más entre los centenares de casos que debe tener Costas por resolver.

Además, según el alcalde, se ha abierto definitivamente una línea directa entre Elche y Madrid para estar al tanto de cualquier novedad sobre el hotel. A su juicio, en un símil agrario, hay que sembrar, trabajar la tierra y después recoger los frutos.

El regidor también rechazaba lo dicho por la popular Mercedes Alonso, de que si el PP estuviera en la Alcaldía se hubiera resuelto ya el problema. «Es una reflexión frívola de alguien que ha creado más problemas que soluciones», respondía el primer edil, quien, por otro lado, remarcaba que no se puede mantener una inversión de 9 millones de euros «en una situación de absoluta indefinición, pero sobre todo no puede mantenerse en un estado de absoluta degradación».

Por último, preguntado González si temía el tripartito que todo esto vuelva a derivar hacia los tribunales, el alcalde tan solo indicó que prefería no establecer «hipótesis sobre hipótesis» y que, en cualquier caso, es el ministerio el que tiene que hacer una valoración jurídica y técnica.

De todos modos, esta reivindicación de que se logre una salida inmediata para las obras de rehabilitación del hotel se enmarca dentro del sentir general de que Arenales del Sol, desde hace mucho tiempo, se encuentra aparcada en cuanto a servicios e inversiones municipales. Los residentes aquí carecen de centro social, de una superficie comercial de tamaño medio (hay que desplazarse a Gran Alacant o a El Altet) y desde hace años no cuentan con oficina bancaria ni, por tanto, cajero automático.

«Nos sentimos ninguneados como pedanía. No somos una zona dormitorio y queremos que revierta la recaudación que aquí se consigue con el IBI», expone el pedáneo.

En este sentido, Alejandro García tiene previsto entregar en el Ayuntamiento en próximos días más de 1.500 firmas exigiendo que se reanuden las obras del hotel, otras mil demandando un cajero automático, y otras tantas para que se haga realidad el proyecto del centro social.

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