Las esperadas excavaciones arqueológicas en la planta baja del Mercado Central de Elche comenzaron ayer después de varios meses de demora y de impaciencia de la empresa que aspira a construir el nuevo edificio. En un principio, se dio a entender que las mismas comenzarían durante el pasado verano; luego se habló de septiembre, para pasar posteriormente a señalar como fecha probable mediados del mes de noviembre. También se dijo que cuando empezaran estas labores, nadie podía permanecer en el edificio. Luego se rectificó y se dijo que podría se compatible la actividad comercial en el Mercado, como así ha sido después de reagruparse a todos los vendedores en la primera planta.

El caso es que, después de más de una semana de desmontaje de los puestos de la planta baja, los responsables de la excavación arqueológica han comenzado ya su trabajo de retirar, con una piqueta de momento, el pavimento contemporáneo, lo que les permitirá luego acometer las excavaciones manuales, todo ello tras delimitarse las zonas de seguridad en torno a los pilares y los muros de carga.

Una docena de personas está previsto que intervengan a lo largo y ancho de más de mil metros cuadrados de superficie. Posteriormente, también se contempla salir a la calle y actuar en la zona perimetral del edificio.

Eduardo López, codirector junto con Francisco Molina de estos trabajos, que lleva a cabo la empresa Alebus y que costea la empresa concesionaria del proyecto del Mercado, Aparcisa, recordaba ayer que en 2010 se practicaron «cuatro sondeos muy pequeños en los se hallaron restos de edificación del siglo XVIII y alguna cimentación muy arrasada de época islámica».

Con esto se daba a entender que se pueden encontrar cualquier cosa una vez excaven una media de 80 centímetros de profundidad y evacuen entre 700 y 800 metros cúbicos de terreno.

La actuación se prolongará entre dos y tres meses y contará con supervisión continúa por parte de técnicos de la Generalitat y del Ayuntamiento. Y también se podrá seguir a través de internet gracias a las cámaras web instaladas para dar la mayor transparencia a estos trabajos, muy importantes ya que serán los que definan si se sigue adelante con el proyecto de la concesionaria de derribar el actual inmueble para construir otro con una nueva filosofía; o bien, en caso de aparecer restos históricos y culturales de alcance, significarán que la mercantil tendrá que abandonar su propuesta y marcharse sin indemnización alguna.