Más de una semana sin electricidad. Unas sesenta familias del barrio de Los Palmerales llevan ya nueve días a oscuras, a la luz de las velas o con generadores para poder pasar la noche. Pese a que la Conselleria se ha comprometido a resolver de urgencia la situación de dos de los cuatro bloques afectados, con una intervención integral, las otras treinta familias viven pendientes de que la Generalitat tome una decisión sobre cómo actuar en estos dos inmuebles que sufren un profundo estado de deterioro.

Los cortes de luz en el barrio se han producido después de que un informe policial haya puesto en evidencia las condiciones de peligrosidad y el riesgo de incendio que tienen las instalaciones eléctricas de los cuatro bloques situados en la calle Llimoner, tal y como manifestaron ayer desde Iberdrola a este diario.

Ante el requerimiento de los efectivos policiales, que alertaban de las anomalías existentes, la compañía procedió a cortar la luz el martes pasado en cuatro fincas, propiedad de la Entidad de Infraestructuras de la Generalitat Valenciana (EIGE). Viviendas en las que parte de sus residentes viven en situación irregular y que incluso también tienen enganches de luz ilegales, según señalaron fuentes vecinales.

Con este panorama por delante, desde Iberdrola explicaron que el reglamento establece un mínimo de condiciones para poder garantizar el suministro, por lo que hasta que no se cumplan las condiciones de seguridad no será posible restablecerlo.

Por el momento, la Conselleria solo habla de hacerse cargo de dos de los cuatro bloques que presentan mejores condiciones y, para ello, ha anunciado una inversión de 80.000 euros para la adecuación integral de las instalaciones eléctricas y de fontanería, con un plazo de ejecución de un mes.

Por su parte, el Ayuntamiento ordenó la pasada semana reparar cuatro contadores situados en estos inmuebles para dar suministro a los que sí tuvieran contratada la luz, según señaló la concejal de Bienestar Social, Tere Maciá.

Dramas personales

El resto de familias vive a expensas de que el Consell mueva ficha, angustiadas por el problema que se les ha venido encima y por la incertidumbre sobre su situación.

«Unos tenemos nuestro contrato de alquiler, otros hemos ido ocupando las viviendas incluso antes del año 2000 y otros vinieron después», señalaron ayer varios afectados a este diario.

Conscientes del deterioro de los bloques y de la situación de irregularidad en la que viven algunos, también hay vecinos que manifestaron estar dispuestos a pagar la luz de ahora en adelante, incluso el alquiler para legalizar su ocupación. «No somos peores que otros. ¿Por qué a unos sí que les van a arreglar los contadores y a nosotros no?», lamentaron residentes de los inmuebles más perjudicados.

Y es que detrás de esos cortes de luz también hay dramas personales, como el de un niño de 14 años que tiene una cardiopatía y que tiene que estar conectado a una máquina, o enfermos de cáncer, tal y como relataron ayer los propios vecinos a este diario.

Así, justo cuando el Consell y el Ayuntamiento habían iniciado el proceso para regularizar la ocupación de las viviendas, el barrio de Los Palmerales se ha visto sorprendido por unos inesperados cortes de electricidad.

Sin embargo, fuentes municipales señalaron que este problema no es nuevo, que ha «empañado» el enclave desde hace décadas y que la situación se ha precipitado por el abandono de las zonas comunes. Ante los últimos acontecimientos, el Consistorio ha dejado en manos de la Generalitat, como Administración titular de estas viviendas, la resolución del problema de la falta de suministro, tal y como apuntaron ayer fuentes municipales.

Con ello, el tripartito tiene previsto reunirse de urgencia con el Gobierno autonómico durante esta misma semana para tratar de arrojar luz a un conflicto enquistado en el tiempo.