Conseguir que las «mates» molen en clase, en casa y en el camino diario de ida y vuelta que va de la una a la otra. José Ángel Murcia, profesor de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid, ofreció ayer un taller de formación en matemáticas manipulativas para familias y docentes en el CEIP Princesa de Asturias orientado a conseguir que los alumnos trabajen como verdaderos matemáticos y ahonden en la satisfacción de entender lo que se hace, de saber hacerlo y de disfrutar haciéndolo bien.

El taller se dividió en tres grupos de trabajo, en horario de mañana y tarde, participando un total de 80 personas entre familiares de alumnos y profesores de distintos centros de la ciudad y la provincia. Licenciado en Matemáticas, formador de docentes y autor del blog «tocamates.com», José Ángel Murcia trasladó a los padres «cómo están aprendiendo sus hijos, porque hay cosas que ya no se hacen igual que cuando nos las enseñaron a nosotros , y dinámicas, juegos y materiales con los que se pueden hacer matemáticas fuera de clase».

Durante esta charla-taller, Murcia estableció fórmulas para hacer más comprensibles las típicas operaciones aritméticas. «El objetivo no es encontrar la forma más rápida de resolverlas, sino aquellas que las hacen más transparentes, más fáciles de entender y que se puedan aplicar mejor a la solución de problemas», asegura este matemático que se retroalimenta de las experiencias que van acumulando los profesores que acuden a sus talleres y aplican sus métodos en las aulas. José Ángel Murcia puso el foco en las Matemáticas de Primaria, cargadas de algoritmos y centradas excesivamente en cómo los alumnos hacen las cuentas. «En el momento en el que empiezan a restar y dividir es cuando dejan de entender lo que están haciendo y pasan a hacer las cosas de forma mecánica».

Cálculos alternativos

«Es esencial que comprendan los procedimientos de esas operaciones», asegura Murcia, y qué mejor forma que mediante recursos, materiales y juegos que escapan a la norma establecida. Por ejemplo, utilizando «estrategias de cálculo» alternativas, como coger una decena de palillos mondadientes, quitarle la gomita que los sujeta y convertirlo en diez unidades; o buscando «matrículas de multiplicar» entre los coches.

Este juego planteado consiste en ver si las dos primeras cifras de una matrícula multiplicadas entre sí dan las dos siguientes, como por ejemplo 8432 y 8540. «Los niños van por la calle y mentalmente repasan las tablas de multiplicar», argumenta Murcia, para quien «en Matemáticas hay que hacer pocas cosas pero muchas veces». Conseguir que no sean aburridas depende, pues, de tener muchos materiales y recursos para hacer lo mismo pero de distintas maneras.