Un enclave histórico en el punto de mira y con vistas a su reactivación. El tripartito ha activado la maquinaria para conseguir hacer realidad que el Pantano de Elche se convierta en un Paraje Natural Municipal. No obstante, de aquí a que pueda ver la luz la declaración de este entorno como zona protegida por parte de la Conselleria, quedan otras carencias pendientes de resolver y para poner en valor de forma más urgente.

Lo más inmediato llegará en el área recreativa. La Concejalía de Medio Ambiente tiene previsto comenzar antes de que acabe el año un plan para mejorar esta zona habitualmente transitada por vecinos de la ciudad y también por senderistas de diferentes lugares de la provincia. La actuación pasará por la mejora de las sillas y bancos, así como las zonas de esparcimiento. Una reivindicación realizada especialmente en los días de la Mona, cuando el merendero del Pantano se convierte en una zona casi obligada para el encuentro de los ilicitanos. La basura, los bancos rotos y el deterioro, en general, que sufre el entorno han centrado últimamente las quejas ciudadanas.

Precisamente, desde el tripartito han reconocido que, ahora mismo, la principal debilidad que tiene el Pantano de Elche se concentra en el merendero. La limpieza, la mejora del mobiliario y la necesidad de repoblar la vegetación y arbolado forman parte de los deberes a los que el concejal de Medio Ambiente, Antonio García, se ha comprometido atender.

De hecho, el Ejecutivo local ha habilitado este año una partida específica en los presupuestos municipales de 50.000 euros para acondicionar el Pantano. No en vano, el Ayuntamiento considera que todavía será necesario invertir más de cara al próximo ejercicio. A este lavado de cara proyectado para 2017 se suma otro plan en el que ya ha comenzado a trabajar el equipo de gobierno. La redacción de un proyecto para hacer realidad la Ruta del Agua, en paralelo a la Acequia Mayor del Pantano. No obstante, para ver este reclamo histórico materializado habrá que esperar al final del mandato, según las previsiones del Ayuntamiento. La creación de un itinerario, que partirá del Parque Municipal y que conducirá hasta el Pantano, llevará aparejado otras mejoras muy perseguidas por colectivos vecinales, senderistas y también por defensores del Patrimonio. Y es que, además de habilitar señalización específica a lo largo de todo el recorrido, el Ayuntamiento tendrá que desbrozar toda la zona invadida por la maleza y acondicionarla, con el objetivo de crear senderos que puedan tener un uso.

Enclave único

Para lograr la luz verde del Consell en cuanto a la declaración del Pantano como Paraje Natural Municipal, la Universidad Miguel Hernández (UMH) trabaja desde hace meses, junto a los técnicos de la Concejalía de Medio Ambiente, en la redacción de una memoria ambiental. En este documento está reflejada toda la fauna y la flora que se puede encontrar en este entorno. Recientemente, un estudio sobre las poblaciones de mamíferos existentes en el Pantano de Elche ha permitido descubrir dos nuevas especies.

Por primera vez, se han podido reconocer y documentar la presencia en la zona de ejemplares de garduña y comadreja, además de detectar varias especies cuya existencia ya se conocía con anterioridad, como los jabalíes. El búho y el águila real son otras de las dos majestuosas aves que también han tenido presencia en el Pantano ilicitano. Con toda esta riqueza sobre la mesa, los expertos tendrán ahora que plasmar esa memoria ambiental y los aspectos a proteger en un mapa.

A partir de ahí, la pretensión del tripartito es tener redactado el proyecto a finales de este año o principios del que viene y presentarlo a la Conselleria de Medio Ambiente para que pueda dar su visto bueno. «Es algo que vamos a conseguir porque el Pantano de Elche es un referente desde el punto de vista social, natural y patrimonial», señala Antonio García. Y es que, además de ser un punto de encuentro en Elche, este enclave alberga la presa más antigua de Europa.

Tal y como sostienen desde la Universidad Miguel Hernández, la infraestructura ilicitana fue la primera que se construyó de esta tipología desde los romanos, a base de arcos. Asimismo, el Proyecto de Biodiversidad y Medio Ambiente del Pantano de Elche recoge que la idea de su construcción se remonta al año 1589, sin embargo los trabajos fueron iniciados en 1632. Estuvo en actividad durante más de un siglo y por el efecto de una avenida de agua el día 3 de septiembre de 1793, quedó destruido.

La obra actual es la construida en el siglo XVII, con las posibles reformas que entre 1782 y 1786 efectuó Vicente Gascó y las reparaciones que se realizaron en el siglo XIX.