Con una deuda que roza los 70 millones de euros y totalmente asfixiada por la falta de liquidez, la Institución Ferial Alicantina (IFA) atraviesa hoy por hoy por uno de sus peores momentos, si no por el peor. El embargo primero de Suma, por los 375.000 euros de Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) que se adeudan al Ayuntamiento de Elche desde el año 2012, y el notificado posteriormente por el Juzgado de Instrucción número 2 de Elche después de que el despacho Tomás Llavador Arquitectos e Ingenieros SL haya pedido la ejecución de la sentencia que condenaba al recinto a pagar 1,8 millones de euros, más 561.111,16 euros en concepto de intereses y costas, ha puesto a la entidad contra las cuerdas. Justo cuando se había llegado a tener la mayor liquidez en años al principio de los meses estivales, IFA se ha quedado a cero. Parece que se ha hecho un barrido por las cuentas, y las consecuencias han sido las lógicas. Precisamente con estos puntos de partida, y en el marco del comité de dirección que se convocó para ayer por la tarde -el segundo que se reúne de urgencia en lo que va de semana- para abordar la situación, el Consell se comprometió a salir al rescate de IFA con el objetivo de garantizar su viabilidad en uno de los momentos más complicados por los que ha atravesado.

Para ello, asumirá toda la deuda que se arrastra en estos momentos, que ronda los 70 millones, entre la que se mantiene con el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) y las entidades financieras. Se aplicará de esta forma la misma solución que se le ha dado a Feria València, con el matiz de que en este caso la cifra no es tan estratosférica. Aquí son 70 millones, y en la ciudad del Turia, 1.000 millones. De hecho, el propio conseller de Economía, Rafa Climent, planteará esta propuesta hoy en el pleno del Consell.

Así se lo comunicó ayer al resto de integrantes del comité de dirección el director general de Comercio, Natxo Costa. Por motivos de agenda, Costa directamente no pudo asistir en persona a la reunión. No en vano, la cita se había convocado deprisa y corriendo el miércoles a última hora, una vez que llegó la notificación del juzgado por el segundo embargo. Sin embargo, el director general intervino a través del teléfono móvil. Fue así como comunicó de viva voz la posición de su jefe, Rafa Climent, y la suya propia, después de la semana trágica de la institución. La salida es la misma que la que se le ha dado a Feria València: la asunción de la totalidad de la deuda por parte de la Generalitat.

Ahora bien, el matiz que se hacía era importante. Si hace poco menos de un mes, el propio conseller, en una visita a Elche, se fijaba el horizonte del año 2018 para dar una solución a los problemas financieros de IFA, ayer se comprometía a precipitarlo todo. Tanto es así que desde su departamento se anunciaba que hoy mismo se propondría en el pleno del Consell. La noticia, además, llegaba justo un día después de que se firmara en el Cap i Casal el protocolo de intenciones que marca la reestructuración de Feria València. Dicho esto, desde Economía pidieron cautela. El proceso de rescate no va a quedar cerrado de un día para el otro.

Sea como sea, desde la Conselleria de Economía se aprovechó para incidir en dos cuestiones más: de una parte, que todos los problemas de IFA, y ahí entran los dos embargos y la asfixia económica en general, son la herencia envenenada que dejó tanto la anterior dirección de la feria, y los gobiernos -del PP, recalcaron- en la Generalitat y en el Ayuntamiento ilicitano. «Es una ruina en diferido», apostillaron desde el área que encabeza Climent. Por otro lado, pusieron el acento en que el problema que se ha generado con la ejecución de la sentencia del arquitecto se solucionaría de manera inmediata si el ministro Montoro pagara el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) extraordinario y la Comunidad tuviera la financiación autonómica que toca.

Desde IFA, como es obvio, no pudieron más que celebrar el anuncio de la Conselleria. Mientras tanto, lo que se acordó es que recurrirán, tras el auto recibido, por el que se despacha la ejecución frente a IFA por los 1,8 millones de euros de principal, más 561.111,16 euros de cuantía fijada provisionalmente para cubrir los intereses y costas, como consecuencia de la sentencia que daba la razón a la firma que encabeza el arquitecto José María Tomás Llavador por el macroproyecto de ampliación inacabado.

Lo que se busca con ello es frenar el embargo, con el objetivo de recuperar la liquidez para que el recinto pueda seguir funcionando. De hecho, se van a aportar bienes inmuebles por el valor total de la deuda, para ver si, de este modo, se puede revertir, al menos en parte, la situación que se vive ahora.

Paralelamente, se acordó volver a exigir al Ayuntamiento de Elche y a la Diputación de Alicante la máxima colaboración con la entidad. La vista sigue puesta en la posibilidad de que prospere el recurso de reposición presentado para que, de este modo, quede sin efecto el embargo de los 375.000 euros, y, a cambio, se acepte una garantía hipotecaria, con cargo a parcelas, y se vuelva a poner sobre la mesa el plan de pago a ocho años, que contaba con el plácet del tripartito ilicitano.

«La Institución Ferial Alicantina debe ser entendida y aceptada como una entidad de interés público, un motor de la economía provincial y una herramienta al servicio del tejido empresarial de la Comunidad Valenciana», indicaron desde la cúpula de la institución en un comunicado oficial tras la reunión. Señalaron eso, y su gratitud a las muestras de solidaridad de estos días. La última, sin ir más lejos, se escenificó anoche. El presidente de la Cámara, Juan Riera, no sólo mostró públicamente su solidaridad con IFA durante su discurso, sino que dejó claro que «su pecado no ha sido cometido por los actuales gestores que, me consta, luchan por sacarla adelante». Su llamamiento, dirigido a Ximo Puig, fue contundente: «President, no la dejemos caer».