Sólo en España los juegos de mesa y los puzzles facturan 90 millones de euros, cifra que se eleva hasta los 2.200 millones en el conjunto de Europa. En la provincia, el editor Devir Iberia, responsable de juegos como el Catán o Carcassonne, vendió el año pasado más de 9.000 juegos según cálculos de la empresa, cifra que se sitúa por encima de la media nacional. El mercado no para de crecer a la vez que en las mesas de casas y comercios especializados se reúnen amigos y familias alrededor del tablero, con juegos tradicionales donde lo que importa es interactuar cara a cara. ¿Cuál es el motivo del auge de los juegos de mesa tradicionales? ¿Qué ha cambiado? ¿Por qué se compran más que hace una década? ¿Cuál es la importancia del juego en la socialización?

Lo cierto es que, según apunta Joaquim Dorca, socio director del editor de juegos de mesas Devir Iberia, los juegos se han adaptado a una realidad distinta a la de hace una década y de ahí ha venido el éxito de juegos populares internacionalmente como el Catán o el Carcassonne, que Dorca distribuye en más de 20 tiendas en la provincia. «Vivimos en la sociedad de la interrupción en la que miramos al móvil constantemente. La clave de los nuevos juegos es que duran menos tiempo, máximo una hora o una hora y media, tienen unas reglas muy claras y marcadas y, sobre todo, cada partida es diferente. Ahora los juegos tienen que ser más buenos de lo que eran antes», aporta Dorca.

Otra de las claves para el auge de ventas de los llamados «eurogames» es que son juegos muy honestos en los que no se depende del azar para ganar, sino que el jugador toma el control y decide. La estrategia, la negociación y la duración corta de las partidas son las claves del éxito y, normalmente, hasta el final del juego, todo el mundo puede mantener las posibilidades y la motivación necesaria para ganar. Además, de un tiempo a esta parte, el juego de mesa ha salido de casa para instalarse también en tiendas especializadas y, sobre todo, en pequeños comercios. Los editores y los propios comerciantes convierten los establecimientos en lugares confortables donde encontrar personas con gustos afines, con las que divertirse e intercambiar experiencias y la forma de socializar.

Este es el caso de la tienda Homelands en Elche, donde su dueño, Miguel Úbeda, organiza torneos con juegos de mesa en su local. En esta ocasión, durante todo el fin de semana, se han unido adolescentes, adultos y niños para jugar a Magic. Úbeda también nota el incremento de ventas de juegos de tablero y cartas frente a los juegos digitales. «Ya no se juega principalmente en el ordenador o en la consola, vendemos muchos juegos de estrategia y también de cartas y de rol». La clave del éxito de la nueva oleada de juegos de mesa es, además que son entretenimientos más sencillos y cuyas normas no son demasiado complicadas. Así, Úbeda también pone como ejemplo juegos muy activos y que requieren mucha rapidez mental y de reflejos como son el Jungle Speed o el Virus.

Por otra parte, desde Devir juegos afirman que el público al que suelen dirigir sus ventas son mujeres de entre 25 y 35 años y que ellas son las que más compran este tipo de entretenimientos en tablero. «A los niños se llega a través de los mayores y en este caso son las mujeres las que más fomentan las reuniones a través de los juegos de mesa», afirma Dorca.

Todo un arte

Otra de las mejoras en los juegos de mesa es su estética y su exquisita preparación. Para sacar al mercado un pasatiempo tan potente como el Catán se necesita, como poco, un año de trabajo, aunque la media de producción suele ser de dos años y se puede alargar hasta un lustro. Se necesita a un autor con la idea que se acerque a las editoriales para hacerla realidad y convertirla en comercial. Aquí Joaquim Dorca saca a la luz el proceso artístico para desarrollar un juego de mesa. «Son como novelas muy complejas». Se necesitan ilustradores que adapten los dibujos del tablero, las fichas, la imagen de juego a cada público determinado. También pasan por lingüistas que desarrollan cada historia y unos manuales de instrucciones que sean comprensibles. Luego están los «testers», la gente que, antes de comercializar el producto lo prueba para testar si tienen errores de desarrollo, si hay lagunas en las instrucciones, si es atractivo o si resulta aburrido. Con cada cambio o sugerencia, el proceso hasta llegar al producto final puede durar años.

El juego como herramienta

La psicóloga Elisa Huéscar, profesora del área de Psicología Evolutiva y de la Educación de la UMH, explica los beneficios del juego tanto en niños como en adultos. «El juego es el principal trabajo de los niños y ha de ser promovido en todas sus formas posibles. En concreto, con el juego de mesa estamos contribuyendo a su desarrollo cognitivo y social, supone asimilar normas, estimular el pensamiento, tomar decisiones e incluso resolver conflictos de modo asertivo, y por otro lado, representa una oportunidad única para interaccionar con otras personas», apunta Huéscar. Respecto al valor de la interacción real, cara a cara, que ofrecen los juegos de mesa, la docente destaca que supone un escenario comunicativo completo donde no solamente participa la comunicación verbal, sino que las habilidades de comunicación no verbal pueden ser interpretadas en los demás y ajustadas en función del contexto.

Durante la última década, a pesar de convivir con la era tecnológica, la psicóloga considera fundamentales dos agentes sociales al rescate de los juegos tradicionales: por una parte la escuela, que sigue apostando por su uso y fomenta las oportunidades de encuentro entre los estudiantes mediante los juegos de mesa, incluso integrándolos como herramienta didáctica; y por otro la familia, concretamente los padres y abuelos que han vivido en primera persona los beneficios que conllevan este tipo de entretenimiento décadas atrás y que algunos de ellos aún mantienen hoy: romper con la rutina, consolidar los lazos familiares, fomentar las relaciones sociales con los iguales y, en definitiva, pasar un buen rato.

De hecho, como resalta Huéscar, este fomento del juego desde pequeños y los buenos recuerdos grabados es lo que impulsa a continuar jugando a las personas mayores que han crecido con esa costumbre, el querer volver a revivir de nuevo esos buenos momentos. Y es que al final, según concluye el socio de Devir juegos, «a la gente le gusta estar con personas y necesitamos desconectar del entorno digital y conectar con ellas».