¿Qué puede contar sobre su proyecto de seguridad vial A contramarcha salva vidas

Es un proyecto personal que nació cuando mi mujer se quedó embarazada. En aquel momento descubrimos que falta mucha información por parte de los vendedores de sillas de coche infantiles en los comercios y decidimos empezar a investigar por nuestra cuenta. La manera más segura para que viajen los niños es a contramarcha. Así que ya llevo más de cuatro años dando charlas sobre esta materia. Asesoramos a las familias para que compren la silla más adecuadas según las circunstancias de sus coches, no todas valen.

¿En qué se basan para asegurar que la mortalidad es menor entre los niños que viajan en coche a contramarcha?

En que es una práctica que lleva aplicándose desde la década de los sesenta en los países nórdicos y allí la tasa de mortalidad en los menores de 12 años está cerca del cero. Nos llevan muchos años de ventaja en este sentido. Aquí falta una mayor labor informativa. Ahora empiezo a notar que las familias piden más información y que están subiendo las sillas a contramarcha. Por esto motivo, cada vez están muriendo menos niños en España en accidentes de tráfico.

Desde su campaña también ponen una especial atención en que las mujeres embarazadas viajen con seguridad...

El único sistema de seguridad para los adultos es el cinturón. El embarazo hace que su uso sea molesto. Se pueden buscar otros medios que ofrezcan alternativas, como los cojines o los chalecos. Las mujeres deben llevar la banda horizontal por debajo de la barriga, sin que les atraviese el útero. Y la otra parte, al hombro y entre los pechos. No hay que notar presión, es un falso mito. Lo que hay que hacer es usar bien el cinturón y facilitar la comodidad con cojines y chalecos.

¿Cuál es el caso del taxi-bebé que desde su proyecto han dado a conocer?

Es un sistema que existe en Las Palmas, que lo puso en marcha un señor que tiene cinco nietas. Las recogía durante su horario como taxista. Una vez que las dejaba en casa, retiraba las sillas de su coche hasta que pensó que por qué otros niños que subieran a su taxi no iban a viajar seguros. Dentro de las ciudades no es obligatorio el uso de las sillas infantiles en los taxis. Ahora también lleva cojines y chalecos junto a las sillas y no deja montar a niños que no las utilicen. Le va muy bien y ha puesto en circulación un segundo vehículo.

¿De qué manera consigue desarrollar la iniciativa A contramarcha salva vidas

Este proyecto de seguridad en familia lo hago en mi tiempo libre y de una forma altruista. Surgió porque empecé a investigar y comprobé que muchos vendedores de comercios y profesionales sanitarios tienen grandes carencias dentro de su propia formación sobre seguridad vial.

¿Cuántas charlas puede ofrecer a lo largo de un año?

El año pasado di 52 charlas. Llevo 16 años trabajando en la agrupación de tráfico y habré asistido a unos 4.000 accidentes. Todo esto me ha llevado a tener una conciencia mayor y a compartir mi experiencia para ayudar a los demás. Trato de informar a los padres con consejos útiles. No vale con lo que les digan sus cuñados. Tienen que comprar sillas en función del coche, no es lo mismo tener un todoterreno que un turismo.

A pesar de la experiencia acumulada, ¿continúa formándose en seguridad vial?

Ahora estoy haciendo un máster en seguridad vial, soy miembro de la Carta Europea de Seguridad Vial y el año pasado me dieron el premio de la plataforma Ponle Freno. Mi satisfacción es informar a las familias, que sepan que hay una forma segura de viajar, evitar lesiones y fallecidos. He tenido que recoger a más de un niño de la carretera y no es una experiencia agradable.

¿Qué ha supuesto para usted ser reconocido como ciudadano del año por Ponle Freno?

Es una manera de poder llegar a más gente. Para mí ha sido un orgullo, por ejemplo, acudir al Senado a hablar de los sistemas a contramarcha. Sé que vamos por el buen camino pero queda mucho por hacer. Un reconocimiento también nos obliga a dar nuestra mejor cara. Tener repercusión en los medios de comunicación es algo muy importante para todos nosotros.

En 16 años de trayectoria profesional, ¿cuál es la situación que más se le ha repetido por las carreteras?

La de gente que no tiene educación vial. Es una asignatura que debería impartirse en los colegios, los niños son los conductores del futuro. Cuanto antes conozcan las leyes, mejor para todos. Hay personas que se saltan un semáforo y los que le acompañan, le aplauden. Un coche puede ser un arma. Recuerdo una colisión en cadena. En el vehículo que quedó en medio, viajaban tres niños, dos a favor de la marcha y uno en contra. Fue el único que salió ileso.

¿Tiene la sensación de que muchos conductores sólo buscan evitar una multa?

Sí, y es un error. Hay que pasar de comprar una silla para evitar que nos multen a buscar una que, en caso de accidente, salve la vida de nuestro hijo. Es cierto que sigue habiendo padres que buscan la silla más barata. Todos pensamos que somos buenos conductores y que controlamos. El resto de elementos de la vía escapan a nuestro control.

¿La Dirección General de Tráfico colabora con su plan?

La DGT hace tres o cuatro años que está recomendando el uso de sillas a contramarcha. Todavía falta más información, queremos llegar a más gente, más familias y profesionales. El ejemplo a seguir es el de los países nórdicos. Todo esto lo conseguiremos a base de trabajo.