Una de cal y otra de arena para los agricultores del Camp d'Elx. La campaña de recogida de higos ha concluido con un ligero aumento de la cosecha con respecto al año pasado, gracias a que los árboles han dado una mayor cantidad de frutos debido a las lluvias de este invierno. Sin embargo, ese exceso de frutos, unido a que la primavera y el verano han sido muy secos, ha hecho que el calibre del fruto se reduzca con respecto a la campaña anterior y, por contra, también su precio. Así, desde Cambayas, la cooperativa ilicitana que concentra prácticamente la totalidad de la producción ilicitana, apuntan que este año se han recogido 670 toneladas, que alcanzarán un precio de mercado inferior al euro por kilo. El año pasado, los agricultores pudieron vender el producto a más de un euro el kilo. Una diferencia de varios céntimos que, traducidos a cientos de miles de kilos, supone una diferencia notable para los productores.

A pesar de este ligero aumento de la producción, lo cierto es que muchos higos se han quedado sin recolectar, o directamente en el suelo de las plantaciones, tirados, porque no reunían el calibre necesario para su comercialización, tal y como pudo comprobar ayer este diario. Según José María Martínez, gerente de Cambayas, las pérdidas han sido de alrededor del 10% de la producción total, que se ha quedado sin comercializar. Pese a ello, el aumento en la producción permite compensar en parte las pérdidas y la diferencia de precio, aunque aún es pronto para saber a cuánto se van a colocar en el mercado, pues los precios podrían variar en las próximas semanas, a medida que se vayan moviendo en el mercado.

Exportaciones

Más de la mitad de la producción se exporta a otros países de Europa, aunque el mercado nacional también tira de este fruto. Las ventas, explicó Martínez, se centran sobre todo en Francia y Suiza, los principales compradores de los higos ilicitanos.

Por tanto, desde la cooperativa valoran de forma positiva esta campaña, pues si bien en cierto que la falta de lluvias en los últimos meses lastró en cierta medida el calibre del fruto, las precipitaciones de las últimas semanas han servido para dar un último impulso antes de la recogida y permitir mejorar ligeramente el calibre antes de su recogida y puesta a la venta. Los agricultores dan así por finalizada la campaña, ya que el pasado jueves se enviaron los últimos lotes que entraron en producción.

Los esfuerzos de los agricultores se centrarán ahora en las granadas, que comparten espacio en muchas de las plantaciones del Camp d'Elx. Las variedades más tempranas, como la valenciana, ya han comenzado a recogerse. En este caso, las lluvias de este invierno no han afectado a estos frutos, aunque sí lo hicieron en cuanto a la granada mollar. Las precipitaciones ocasionaron que los árboles dieran numerosos frutos que la falta de agua que vino después no pudo alimentar, ocasionando la pérdida de muchas de las flores y que estas no cuajaran. La buena noticia viene porque, debido a las lluvias de las últimas semanas y al hecho de que la granada mollar no comenzará a recolectarse hasta finales de mes, se ha dado margen para ampliar el calibre de los frutos, que se preveía menor que el del año pasado. La campaña global permitirá así igualar a la del año pasado, ya que la pérdida de calibre se compensará con el aumento de plantaciones, aunque más en cuanto a variedades tempranas que a la granada mollar. El problema, señala Martínez, vendrá para la campaña del año que viene, para la que no está garantizada el agua.