El sector de Pablo Ruz tomó ayer el pleno municipal. Sacó su artillería con casi un centenar de ruegos y preguntas dirigidas al tripartito sobre las carencias y necesidades de distintos ámbitos del término municipal, pero también trató de reivindicarse dentro del grupo municipal del PP después de no haber logrado arrebatar la portavocía a Mercedes Alonso. Un golpe en la mesa con el que, al final, acabaron avivando la brecha interna entre los ediles. Cada sector directamente va por su lado, y así quedó en evidencia.
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La portavoz y su adjunto, Vicente Granero, cumplieron con el trámite de la defensa de dos mociones. Una de ellas para pedir la conmemoración del 40 aniversario de la Constitución y la otra para reclamar la construcción de instalaciones deportivas en Puertas Coloradas. Y es que este cometido está reservado únicamente a los portavoces de grupo.
De ahí que, una vez llegado el turno de ruegos y preguntas, Pablo Ruz pidiera paso, acompañado de sus cuatro concejales afines. Algo muy poco usual, al menos en este mandato, que hizo que hasta el propio alcalde, Carlos González, tuviera que tomarse nota de las intervenciones solicitadas. Con cara de póker se quedaban algunos concejales del equipo de gobierno al ver el despliegue de los populares, e igual pasó en Ciudadanos. Y con un mosqueo evidente también se quedaron desde las filas de Mercedes Alonso, pese a que fuentes populares aseguraron que los ediles ya conocían por anticipado que esa escena iba a producirse.
Más de una treintena de cuestiones llegó a formular Pablo Ruz, seguido de Loli Serna, Luis Ángel Mateo, Manuela Mora, hasta completar el círculo con Antonio Luis Martínez-Pujalte. Desde asuntos como el asfalto, los semáforos, los desfibriladores, la limpieza, los huertos, hasta el Cercanías, el Parque Empresarial, las pedanías.... El sector de Pablo Ruz sacó a la palestra todas las peticiones recogidas en las últimas reuniones del presidente local con las asociaciones y colectivos. Una ronda de contactos y una puesta en escena interpretada ya desde algunos círculos como la cuenta atrás para la campaña de las elecciones municipales de 2019.
Ante el nuevo enredo desde la bancada del PP, y tras la petición expresa de Ruz al PSOE y Compromís de «trabajen más, que para eso les pagamos», el alcalde aleccionó a los suyos para que respondieran en ese momento, por alusiones a sus áreas.
Los concejales del equipo de gobierno jugaron entonces al contraataque. Dieron cuenta de algunos de los asuntos en los que están trabajando sus departamentos, sin dejar pasar la oportunidad de cargar contra el PP y criticar su última escena. No faltaron expresiones irónicas como: «Roguemos al señor», del portavoz del Partido de Elche, Jesús Pareja, o «se acerca la Navidad y se pide la carta de los Reyes Magos», de la socialista Patricia Macià.
Desde el Ejecutivo local también reprocharon la falta de trabajo al PP o lanzaron dardos a Pablo Ruz por tener que tomar la palabra en el turno de ruegos y preguntas al no poder ejercer de portavoz. Lo de hacer oposición dentro de la oposición también estuvo presente.
El presidente de la Corporación municipal aprovechó el momento para calificar la situación de «atracón de ruegos que obedece a la división interna del grupo popular», haciendo más sangre.
Con la tensión del momento en las filas populares, una vez que el sector de Ruz acaparó el pleno municipal para hacerse oír, el presidente del PP hizo un intento de aplacar la tirantez. Reafirmó a Alonso y a Granero como portavoces e interlocutores válidos del PP. Aunque ya era demasiado tarde. Ya había quedado claro que cada sector camina por un lado diferente.
Es más, al final de su intervención, Pablo Ruz preguntó al alcalde si estaba dispuesto a aceptar que su grupo hiciera oposición de esa manera y que los nueve concejales de su grupo puedan intervenir de cara a las próximas sesiones plenarias.