En los últimos tres años se han disparado los diagnósticos y los tratamientos contra el síndrome del ojo seco. Esto ha hecho que cada vez existan tratamientos más novedosos para luchar contra esta patología que genera muchas molestias en los pacientes y que, en numerosos casos de cirugías refractivas, provocan estas molestias, normalmente de manera pasajera en el postoperatorio.

Así lo determinaron ayer los expertos presentes en uno de los coloquios en la última jornada de FacoElche en su vigésima edición, que se celebró en el Huerto del Cura. Una edición que ha batido el record de participación congregando a más de 1.200 personas especialistas en oftalmología. La organización valoró la calidad de las ponencias y la gran participación este año.

El síndrome del ojo seco es causado por una falta de suficiente lubricación y humectación sobre la superficie del ojo. Las consecuencias del ojo seco abarcan desde una irritación ocular leve pero constante a una inflamación significativa, e incluso la aparición de cicatrices en la superficie frontal del ojo. «Es un nicho que hasta hace muy pocos años no se había explorado, se había dejado de lado y es una de las causas que más insatisfacciones puede crear en el paciente a pesar de que la cirugía haya acabado bien», afirmó ayer el doctor Miguel Srur, uno de los ponentes de la conferencia «Sequedad ocular en tiempos Premium». El perfil medio de las personas a las que afecta este síndrome son mujeres (por trastornos hormonales que afectan a la humectación del ojo), de más de 40 años. Entre los jóvenes el factor que causa el ojo seco suele ser la exposición a lugares cerrados, con aire acondicionado, o que miran durante mucho tiempo pantallas de ordenador o móviles que provocan que se parpadee menos y, en consecuencia, que el ojo esté menos humedecido surjan este tipo de afecciones.

Los nuevos tratamientos para combatir el ojo seco después de las cirugías van encaminados a métodos que provoquen que el paciente, de manera natural, genere más lágrimas y provoque así, la adiposidad de esta humedad al ojo. Son métodos y maquinaria bastante más caros, según aseguran los expertos oftalmólogos en este campo, pero que merece la pena a la larga para el paciente y los profesionales. El tratamiento más común ahora es el uso de lágrimas artificiales y de antiinflamatorios que el paciente ha de aplicarse a lo largo de varios meses para mejorar la humedad ocular.