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«Nos citaban a primera hora en una plaza y nos recogían en una furgoneta»

José es un ilicitano que aceptó trabajar en la recolección de cítricos de forma irregular cuando se quedó en el paro

<div> El campo es uno de los sectores en los que est&aacute; aflorando empleo irregular. Jos&eacute; (nombre ficticio de un vecino de Elche que acept&oacute; un trabajo sin contrato) explica que no hace mucho tiempo, estando en el paro despu&eacute;s de haber trabajado en varias industrias de la ciudad, se vio obligado a aceptar un trabajo de jornalero para una campa&ntilde;a de recolecci&oacute;n de c&iacute;tricos. &laquo;Buscaba trabajo porque me quedaba sin subsidio y hab&iacute;a que sacar dinero de donde fuera&raquo;, dice este ilicitano que, al final, se enter&oacute; a trav&eacute;s de un conocido que pod&iacute;a trabajar en el campo, recolectando c&iacute;tricos. </div><br /> <br /><br /> <br />«Mi amigo me dijo que sólo teníamos que estar en la plaza de Barcelona a las seis de la mañana, que a esa hora pasaría una furgoneta a recoger a gente para ir a trabajar en el campo durante el día, y que, al final del día, nos darían el sueldo», relata José.

Y esto es lo que hizo. «Madrugué el primer día, pero no pasó nadie. Pregunté a mi amigo y me dijo que insistiese, que es posible que no hiciera falta todos los días». Al segundo día, José sí que dio con la furgoneta que le llevó con más hombres al campo para recoger naranjas. Finalmente, encontró otro trabajo con contrato en una empresa ilicitana.

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