Bienvenida a los bebés al más puro estilo americano, como en las películas, antes de que nazcan, entre tartas de pañales y dulces de mantequilla. Así se celebran ahora las fiestas cuando un niño está en camino. Son las llamadas «baby shower» y se están abriendo paso en la provincia, con incluso negocios que se dedican ya a preparar ágapes para la futura mamá con toda su parafernalia. También, aunque en menor medida, se conocen como fiestas de pañales o de canastilla.

«Hace cinco años empezamos a organizar en Alicante los primeros eventos de este tipo, cuando muy poca gente los conocía, porque contamos con un equipo internacional que había visto cómo triunfaban estas celebraciones en Estados Unidos», comenta Sabina, la encargada de un establecimiento dedicado a organizar actividades infantiles y familiares en la capital de la provincia.

De empezar de cero con los «baby shower» a organizar hasta diez al mes. Así ha evolucionado la demanda en este negocio que ha empezado a caminar poco a poco en la provincia, donde el presupuesto para estas celebraciones va desde los 100 euros y, en los casos más suntuosos, se llega hasta los 600, según los datos de diferentes establecimientos.

Pero la pregunta que muchos se hacen todavía, sobre todo los que desconocen el mundillo, es: ¿Qué significado tiene esta fiesta y en qué se va todo ese dinero? Sus organizadores lo definen como un encuentro que preparan las amigas o familiares de la futura mamá, normalmente un mes antes de dar a luz, una vez que el embarazo ya no presenta riesgos, para estar seguros de que todo va bien. Aunque la idea original es que estas celebraciones sean solo para mujeres, ahora también se han extendido a los hombres y ya no es la futura mamá la única protagonista, sino también el papá. Lo habitual es que este tipo de meriendas o almuerzos se organicen de forma íntima, en una casa, aunque también se están empezando a alquilar espacios. «Sea como sea el lugar elegido, los candy bar, los bufetts libres de chucherías, o las mesas de dulces casi nunca faltan en la cita, con globos y motivos infantiles», apuntan desde una empresa de Benidorm, que realiza encargos para toda la provincia.

Se trata de un elemento clave de la moda americana, que ha invadido ya las comuniones y también las bodas. Desde 80 euros es el precio que piden por una mesa de este tipo en Elche y desde 20 euros por una tarta de pañales. «Lo normal es que lo costeen entre todos los amigos o los familiares, por lo que apenas sale a pagar si se reparte. Cuando se trata de dar la bienvenida al bebé, muy pocos ponen límites», señalan desde un negocio de Elche, que prepara mesas de dulces. A estos postres, se suma también otra moda y es la de las tartas personalizadas, convertidas en auténticas obras de arte, a base de fondant, que también recuerdan al estilo americano. Para poner la guinda a la cita, los «baby shower» acaban con los regalos en grupo para los futuros recién nacidos, donde también están de moda las listas de canastilla, similares a las tradicionales listas de boda.

Aquí, los comercios dedicados a la venta de ropa y accesorios para el bebé se han empezado a frotar las manos. Y es que los progenitores hacen una selección de los regalos que quieren que sus allegados les hagan para la ocasión. Así es esta fiesta importada, como Halloween, que cada vez empieza a oírse más en la zona y va ganando aceptación. «La globalización e internet tienen estas cosas, como el Black Friday. Si viaja es porque no hay nada más español que hacer una fiesta», señala Estefanía Torres, una ilicitana que ha organizado ya varias fiestas para sus amigas.

Como ella, Luisa Boix, otra joven que recientemente ha preparado «baby showers» sorpresa,es de las que considera que este tipo de eventos es «una fiesta de despedida y bienvenida a la vez. Una manera especial de darles el regalo que habíamos comprado, pensando que sería uno de los últimos eventos antes de que naciese el bebé».