«Estoy tranquilo». Así se manifestaba y mostraba Miguel Zaragoza pocos minutos antes de dar comienzo una ejecutiva extraordinaria, ayer a las 20.30 horas, para explicar a sus compañeros de partido su citación policial.

En la sede del PP local se respiraba tranquilidad y distensión, nada de preocupación, al menos de puertas hacia afuera, mientras Zaragoza prefería no ir más allá del comunicado emitido por la tarde. Sólo lo corroboró. Preguntado si estaba barajando la posibilidad de presentar algún tipo de renuncia o dimisión, Zaragoza señaló: «Cuando alguien tiene mi edad solo piensa en el día a día». El edil remarcaba en cualquier caso «la facilidad que se tiene hoy en día para sembrar la duda, para vulnerar y menoscabar el honor de las personas y el poco margen y pocas herramientas de las que se dispone para defender un derecho tan esencial como es éste: el honor».

En marzo de 2016 el pleno aprobaba que Zaragoza abandonara su acta de concejal al estar investigado -anteriormente imputado- por otra causa: una denuncia por ruidos en un local de ocio. «Yo quisiera poder ejercitar mi derecho de defensa y zanjar de una vez por todas las acusaciones, los infundios, las calumnias, y así poder demostrar que los que hacen mal uso de la política y de la gestión son los que se valen de la justicia para menoscabar y validar sus maquinaciones, tal y como está realizando la señora Seva y su equipo de gobierno», relataba Zaragoza. Zaragoza fue alcalde durante doce años, y en 2015 pasó a la oposición por el pacto alcanzado entre cinco grupos municipales.