¿Qué le ha llevado a volver a la primera línea después de dos años totalmente apartado?
Hasta el proceso electoral a nivel institucional, me había dedicado por completo única y exclusivamente a mi profesión como abogado. Lo que ocurrió en el PSOE a nivel nacional con Pedro Sánchez me activó, me hizo ver que tenía que dar un paso adelante, mientras me sigo dedicando a mi ejercicio profesional, intentando hacer un esfuerzo por colaborar con el partido, para que los militantes decidieran las cosas importantes y no ocurriera lo que ocurrió a nivel federal, que cuatro intentaron decidir lo que era una decisión colectiva de toda la militancia. Ahora sigo intentándolo para que eso no vuelva a ocurrir también aquí, y que el partido en Elche recupere el tono y el vigor.
¿Qué hay de vendetta contra Carlos González y su grupo?
Nada en absoluto. Los compañeros, dentro del partido, tienen la oportunidad de decidir en cada momento. Durante mucho tiempo, me han respaldado a mí, y se respaldó al compañero Carlos. Yo respaldé al compañero Carlos tanto como aspirante a la Alcaldía como siendo candidato a la Secretaría General. En ambos casos le voté. Por tanto, en absoluto tengo deseo personal de venganza, pero sí tengo deseo de que el partido funcione como debe.
Personas cercanas a González han dado un viraje y han pasado a darle su apoyo. ¿Le preocupa otro giro en algún momento?
En el partido, los militantes, en cada momento, y ante la elección que deban tomar, tienen libertad absoluta para decidir, y no considero que sea dar giros, ni pasarse de bando, ni cambiar de chaqueta. Es tomar una opción libre y consciente. Yo, en la última ocasión, no me presenté ni como secretario general ni como candidato a alcalde y, por tanto, no pudieron votarme. Ahora me presento como secretario general y se presenta la compañera Ana. Tienen la oportunidad de decidir. Mañana habrá compañeros que me hayan apoyado a mí o hayan apoyado a Ana, y apoyen una cosa distinta. No pasa nada, lo entiendo como normal. El que uno apoye a una persona no le obliga ni a apoyar a esa persona de por vida ni a apoyar a esa persona ante cada decisión que haya que tomar dentro del partido. Así entiende el partido Pedro Sánchez, y así lo entiendo yo y quiero que sean las cosas.
¿La renovación es posible en la agrupación de Elche?
La renovación es fundamental. La renovación no es una bandera en sí misma, es un ejercicio constante que he practicado en el partido siempre que he estado y he tenido responsabilidades. He incorporado a los jóvenes en cada candidatura. El secretario general de Juventudes ha ido como concejal en puestos de salida, ha habido renovación constante de la dirección... Yo soy fruto de la renovación: fui secretario de Juventudes, me incorporaron, y asumí el compromiso de que debe ser una forma constante de trabajar, que no se ha seguido en esta última etapa, y hay que recuperar.
¿Qué pasará si pierde?
Nada. Pasará que el partido ha tomado una decisión democrática, libre, consciente, y, personalmente, me pondré a disposición de la nueva dirección para colaborar en lo que sea posible.
¿Y si gana?
Tampoco pasará nada extraordinario. A mí me pasará que estaré un poco más ocupado en las tareas del partido a nivel local, pero habrá sido una decisión democrática y consciente. Trataré de hacer el mejor trabajo posible, y que los que no nos han apoyado puedan incorporarse en una u otra medida a trabajar al servicio del partido, e intentaré tener el talante más integrador posible.
Si ganan, ¿habrá primarias para designar alcaldable?
Lo tendrán que decidir los militantes en su momento. No nos estamos planteando eso, ni es una cuestión que debamos decidir ahora.
En caso de que las haya, ¿quién será el alcaldable?
Como no sabemos si va a haber primarias o no, sería precipitado que haya alguien que pueda presentarse como candidato. Yo no lo estoy haciendo y no me consta que haya nadie que tenga en estos momentos ganas o que esté trabajando para ser candidato a alcalde.
¿Qué pasará a partir del sábado en el grupo municipal si se hacen con las riendas del partido?
Seguirá funcionando como lo viene haciendo, intentando con esfuerzo trabajar. Lo que haremos será intentar incorporar a algún compañero de la dirección que forme parte de ese grupo municipal, y pueda estar trabajando en todas las reuniones y sea el hilo de transmisión. Lo que pretendo es que haya una mayor relación entre la dirección del partido y el grupo municipal, y un mayor respaldo de la dirección, con una acción más potente y más fuerte del grupo municipal.
¿Su futuro próximo pasa por Madrid, por el Congreso?
Madrid queda muy lejos. No quiero aventurarme a hablar de las elecciones municipales, que es algo que habrá que decidir en meses, menos de las generales.
Defina en tres palabras a Ana Arabid...
Me parece afable, competente y buena persona.
Y a Carlos González...
Me parece correcto, honesto y trabajador.
La última vez se alcanzó un pacto imposible en la prórroga. ¿Qué puede pasar ahora?
En un proceso democrático, hasta el último momento todo es posible. Un acuerdo estaría bien, pero que no lo haya no es un drama. Es una situación absolutamente normal. Yo sí he trasladado que no tengo la voluntad de incorporarme a otra candidatura, pero estaré abierto, si alguien me plantea cualquier opción de integración dentro de nuestra candidatura, a escuchar.
¿Qué incidencia puede tener su paso por la Alcaldía?
Habrá quien vea en ello un lado positivo y quien vea un lado negativo. Evidentemente, yo aporto una experiencia institucional y orgánica, que me hace tener claro lo que quiero que hagamos y lo que no. Es verdad que alguien puede percibir que segundas partes nunca fueron buenas. Lo entiendo y respeto, y yo mismo me lo he cuestionado antes de tomar esta decisión.
Un pronóstico para el sábado...
Que vamos a ganar, sin duda.
¿Por cuánto?
No me gustaría aventurarme en porcentajes, porque algunos lo verían presuntuoso. Y no porque el porcentaje que vaya a decir pueda resultar abultado, sino por el hecho de dar un porcentaje, pero quien me conoce trabajando en el partido sabe que soy metódico, concienzudo y que me suelo equivocar poco.
