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Natalia Sánchez: «Hay abusos en cualquier ámbito porque vivimos en un mundo machista»

El sábado (20.30 horas, entre 18 y 22 euros) llega al Gran Teatro en compañía de Fernando Guillén Cuervo para interpretar Oleanna

La intérprete Natalia Sánchez durante la representación de la obra de teatro Oleanna.

El acoso sexual y un sistema académico puesto en cuestión son dos de los grandes ingredientes de Oleanna , ¿qué puede contar sobre ello?

Son temas que están a la orden del día, sobre todo el del abuso sexual, como estamos viendo. No sólo es ello, también hay otros tipos de abuso, como los de poder, o micromachismos. Son cuestiones que llevan sucediendo cientos de años y ante las que nos queda mucho por hacer como sociedad. El autor de la obra, David Mamet, expone un conflicto que parte de una premisa sencilla, la de una alumna que va al despacho de su profesor para que le suba la nota, y a partir de ese momento se abre la caja de Pandora.

Ahí entra también la crítica al sistema educativo establecido en la actualidad, ¿no?

Sí, una crítica tanto al profesorado como al alumnado. A ese poder asambleario que se genera para defender a los estudiantes y que a veces se acaba volviendo en su contra, cuando en su origen eran leyes para proteger al más débil. Existe una jerarquización de la enseñanza, tanto en Europa como en Estados Unidos, que tenemos que cuestionarnos todos.

Usted también ha confesado que ha sufrido abusos en el mundo de la interpretación...

Es algo que pasa en todos los ámbitos porque vivimos en un mundo muy machista. No sólo existe el abuso que se localiza fácilmente, el micromachismo es igual de peligroso. Hay patrones que están aceptados y que se han instaurado para defender a una sola parte. Tiene que haber paridad en todo. La sociedad es machista y el que tiene el poder es el que lo ejerce. Ocurre lo mismo en todas las profesiones.

¿Las actrices están más expuestas a estas situaciones?

Somos más vulnerables pero mis amigas, que tiene otros trabajos, también lo sufren. Todas las mujeres hemos vivido al menos una situación desagradable de acoso sexual en nuestra vida. Gracias a movimientos como NoesNo, Cuéntalo o MeToo nos podemos comunicar y mucha gente puede darse cuenta de que aún pasan más cosas de las que aparecen en la prensa. Los tuits de Cuéntalo son espectaculares, no somos conscientes del miedo que pasamos las mujeres cuando volvemos a casa.

¿Usted también?

Todas hemos tenido que llamar a nuestros padres o a amigas y pedirles que no nos cuelguen. Esas cosas son las que no se saben. Estamos desprotegidas, somos más vulnerables y no se invierte lo necesario en igualdad y educación para que hombres y mujeres tengamos los mismos derechos, siendo diferentes. Nadie es más que nadie.

Volviendo a la obra de teatro, junto a usted actúa Fernando Guillén Cuervo, ¿cómo valora a su compañero de reparto?

Aprendo mucho de él. Tenemos formas diferentes de trabajar y eso ayuda. Me hace crecer, estar despierta. En la variedad está el gusto y así conseguimos sacar algo importante entre los dos. Es como cuando te encuentras a alguien de otra escuela. Cada uno tiene su forma de ensayar, de preparar los personajes o de ponerlos en escena. Nos encanta trabajar juntos.

¿Cuál fue aquel aprendizaje?

Aprendimos a no llegar tarde o a aprendernos los textos. Parecen cuestiones lógicas pero no siempre sucede así entre los actores. Tanto él como el resto de los compañeros nos educaron muy bien. Belén Rueda, Fran Perea, Pepa Aniorte, Julia Gutiérrez Caba, Antonio Molero, Jesús Bonilla, Alexandra Jiménez? Me quedé con lo mejor de todas esas personas, lo metí en mi mochila y lo llevo conmigo en cada proyecto nuevo que emprendo.

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