El del Consell, Ximo Puig, admitía en abril de 2016, tras un encuentro celebrado con el alcalde, Carlos González, en el Palau de la Generalitat, que existía una deuda histórica con Elche por el coste que habían tenido para la ciudad los terrenos de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche. Era la primera vez que el Gobierno valenciano reconocía como tal la existencia de esa deuda y, más importante aún, se comprometía a saldarla. A partir de ahí, el Ayuntamiento ponía en marcha la maquinaria, hasta el extremo que unos meses después dos informes, uno de Tesorería y otro de Patrimonio, elevaban a algo más de 43 millones de euros lo que había desembolsado el Ayuntamiento de Elche, entre expropiaciones e intereses abonados, y los que estaban pendientes de pagar hasta la total amortización de los préstamos, por las parcelas en las que se asienta el campus ilicitano. Pues bien, con estos puntos de partida, el presidente Puig anunciaba ayer que la Generalitat Valenciana impulsará un plan plurianual de inversiones en Elche para compensar el coste de los terrenos de la Universidad. El primer paso será incluir en los presupuestos del próximo año una partida de 8 millones de euros para adquirir el edificio de Correos en Elche e instalar allí un centro internacional de diseño y moda del calzado. En estos términos lo indicó Ximo Puig durante su intervención en el desayuno-coloquio que celebró el Club INFORMACIÓN, bajo los auspicios de FCC, en el hotel Huerto del Cura, bajo el título «Elche, ciudad sostenible».

El presidente, en este sentido, puso el acento en que estos 8 millones serán una primera compensación por la «deuda moral», así lo dijo expresamente, que la Generalitat mantiene con los ilicitanos e ilicitanas. Una «deuda moral», que, como especificó, no consta expresamente en ningún papel, pero que no por ello se debe dejar de compensar. La cifró en 43 millones de euros, haciendo buenos así los informes municipales que se hicieron en su día. De hecho, la idea es establecer un plan plurianual de inversiones que se pactará con el Ayuntamiento ilicitano en los próximos meses para cubrir ese importe. El centro de diseño de calzado solamente será el primer paso. «Nosotros queremos resolver problemas y, para eso, necesitamos la alianza con los ayuntamientos», apuntó el presidente, quien, de paso, recordó que, inicialmente, se decía que el Gobierno que salió del Pacte del Botànic duraría «dos días», así, literalmente, y ahí siguen. Un proyecto que, en cualquier caso, como aclaró en el turno de preguntas, debe plantearse desde la «conjunción» público-privada, con industriales y profesionales del diseño, para convertirlo en un referente nacional e internacional.

En principio, el coste de la compra del edificio está estimado en cerca de 800.000 euros. El antiguo inmueble en el que estaba implantado Correos se levanta sobre un solar de 444 metros cuadrados, y la superficie de techo edificable es de 2.664 metros cuadrados, según los datos que maneja el equipo de gobierno. Se podría llegar a las seis alturas. El proyecto, hoy por hoy, pasa por construir un edificio de nueva planta, en un proyecto que incluiría la reurbanización del entorno, y, a priori, la peatonalización del Paseo de la Juventud, según avanzó el alcalde, concluido el acto celebrado en el Huerto del Cura. Eso, según resaltó, permitiría poner en valor un enclave situado en pleno centro que, a día de hoy, está infrautilizado.

Sea como sea, y con carácter previo al anuncio que hizo Puig, Carlos González, que fue el primero en tomar la palabra en el acto, comenzó poniendo el acento en que «Elche se encuentra en un momento trascendental», y que el reto es afrontar el futuro desde la sostenibilidad económica, social y ambiental. Esa introducción le sirvió como base para destacar los tres puntos en los que se sustenta la estrategia municipal en estos momentos, y que pasan por los fondos Edusi; el Plan Estratégico Elche 2030, donde entran proyectos como la ampliación de Elche Parque Empresarial o el inicio de la construcción de los primeros edificios del Campus Tecnológico; y, en tercer lugar, por promover una candidatura sólida para lograr la Capitalidad Verde Europea en 2030. No en vano, para conseguir este reconocimiento, pidió la implicación de la ciudad al completo: de instituciones, empresas y de la sociedad en general. No fue su única reivindicación. En ese marco aprovechó la presencia de Ximo Puig en Elche -del que resaltó que ya había venido 25 veces a la ciudad desde que llegó al Palau de la Generalitat- y le planteó dos demandas muy claras. De un lado, le pidió que asuma la Capitalidad Verde Europea como un objetivo del Consell y de la Comunidad, y que su Ejecutivo sea un «firme aliado» para cumplir ese objetivo. De otra parte, exigió más inversiones en la que en estos momentos es la tercera ciudad de la Comunidad. «No podemos pasar por alto que hemos estado durante 20 años sacándonos las castañas del fuego, sin apoyo de la Generalitat», proclamó el regidor ilicitano en un tono más combativo del que suele ser habitual en Carlos González. Eso sí, como no podía ser de otro modo, admitió ante su jefe de filas que cierto es que en este mandato se han «encauzado» necesidades en materia de sanidad, educación, justicia o carreteras.

Ante ello, Puig, como era de esperar, recogió el guante, y mostró expresamente su apoyo y el de su Ejecutivo tanto al Plan Estratégico, del que destacó su importancia para transitar, resaltó literalmente, «hacia esa economía del conocimiento», como hacia la candidatura a la Capitalidad Verde Europea. Es más, destacó que «la vía valenciana y la vía ilicitana coinciden en el nuevo modelo de sostenibilidad», y puso el acento en la importancia de decir « goodbye a la vieja economía», basada en la especulación, la precariedad y los bajos salarios. Para ello, la solución, comentó, pasa por la sostenibilidad económica, mejorando la calidad del empleo; la social, evitando que «nadie nunca se quede al margen»; y la ecológica.

Del Plan Estratégico, también dijo que se aprobó por unanimidad, para apostillar, a continuación, que, «para generar estrategias de futuro razonables se necesita un consenso básico». A modo de ejemplo, hizo referencia a todos los planes territoriales que se han hecho para Elche y Alicante, y que ninguno había prosperado. «No podemos crear planes estratégicos que figuran maravillosamente en nuestras estanterías, pero que nunca avanzan. Por eso, la base del acuerdo y de compromiso de acción es fundamental», indicó, lanzándole así un capote al alcalde. En cuanto a la Capitalidad Verde Europea, manifestó que «es un objetivo de Elche, pero también de la Comunidad Valenciana, y vamos a trabajar conjuntamente para conseguirlo».

Como era previsible, los fondos Edusi salieron a colación en el turno de preguntas. En ese contexto, el alcalde expresó que «la estrategia Edusi tiene una complejidad extraordinaria, derivada de la relación con el Ministerio de Economía y con la Unión Europea, y, en estos momentos, estamos trabajando en la definición de todas las operaciones vinculadas a las líneas estratégicas de los Edusi». Además, aprovechó para enumerar algunas de las políticas que van a ir en paralelo a esta estrategia, como las vinculadas a la Administración electrónica, iniciativas concretas relacionadas con la eficiencia energética, proyectos relativos a la regeneración del espacio urbano en las zonas más deterioradas, como San Antón, Palmerales o Carrús, o medidas orientadas a favorecer la inclusión social y el emprendedurismo en Elche.

En su alocución, por otro lado, Puig aprovechó para alabar la labor de la patronal CEV, presidida por Salvador Navarro, y recordó que la ilicitana Rosana Perán es la presidenta de su consejo provincial. El jefe del Consell alabó a la organización sin tapujos, y defendió que es «potente, digna, renovada y capaz de tener como interlocutores a los sindicatos». La última pregunta iba acompañada de un claro tono de reproche. Se cuestionaba que Elche tuviera un peso decisivo cuando ya no estaba el único vocal ilicitano en el consejo del Puerto. «El Puerto de Alicante, como el aeropuerto, como todas las infraestructuras, más allá de las personas que estén allí, también deben contribuir al crecimiento de Elche, y el presidente de la Autoridad Portuaria va a tener la máxima consideración con todas las empresas de Elche, porque eso es fundamental para el Puerto de Alicante», concluyó diciendo el presidente. El coloquio había llegado a su fin.