¿Qué temas va a tratar en la conferencia que impartirá hoy?

Voy a presentar el libro La Dama de Elche. Dónde, cuando y por qué, que acabo de publicar. En él he tratado de ampliar el contexto histórico en el que surge esta pieza extraordinaria, proponiendo a La Alcudia como un gran centro creativo de la época íbera, por la gran cantidad de obras que ha proporcionado. He hecho un estudio tanto arqueológico como histórico del itinerario de la pieza desde su salida hacia el Louvre y su estancia en el museo más importante del mundo en aquellas fechas. También hablo de las autoridades que han querido capitalizar su importancia.

¿A qué se refiere con esta última idea de la capitalización?

A las personas que más han hecho por la Dama. Primero fueron los hispanistas franceses los que la pusieron en valor, en el escaparate internacional. Después la recordó con orgullo el regionalismo valenciano. La Segunda República la consideró un símbolo de España y el franquismo aprovechó las circunstancias para que fuera devuelta a España por su significado.

¿Cuál es su visión del momento actual de la Dama?

Ahora vuelve a tener interés científico tras años en los que lo que predominaban eran las opiniones sobre una pieza mítica, no sobre su historia. Mandaba la Dama como enigma, por encima de cualquier otra cosa, fuera de su contexto. Ahora hay una buena coyuntura para profundizar sobre su conocimiento por el trabajo que están haciendo en La Alcudia y por el interés de las instituciones académicas en recuperar el entorno de la pieza y convertirla en algo más que un mito o símbolo.

En alguna ocasión ha señalado que la Dama es diferente al resto de piezas de su época...

Mi opinión es que en la escultura ibérica funeraria hay una decena de damas y que la de Elche es única por su calidad artística y por ser una pieza que ha acompañado a la historia cultural de España desde su descubrimiento hasta hoy. Esto es lo que la hace ser única.

¿Sería bueno que Elche contara con un museo específico dedicado al arte íbero?

Podemos hablar de la creación del museo íbero de Jaén, que se inauguró hace menos de un año. Reúne piezas de una geografía rica en arqueología ibérica, como es el área de Jaén. La Alcudia tiene una espléndida colección con la que mostrar la importancia del yacimiento. Cuanto más se difunda entre el gran público, mejor. Un museo monográfico es muy fácil de poner en marcha porque las piezas, esculturas, cerámicas e instrumentos ya están en su escenografía.

Esto sería bueno, ¿no?

Que cada ciudad tenga un museo ibérico monográfico no mejoraría la difusión de la cultura ibérica. En Elche se pueden complementar La Alcudia y el MAHE. Otra opción desconozco si sería efectiva. Es como si la pintura del Siglo de Oro se repartiera por cada ciudad en la que nacieron sus autores, supondría una atomización del mensaje artístico, todo quedaría esparcido en pequeños núcleos.

El texto de Carmen Aranegui sobre la Dama de Elche constituye un relato en el que a la investigación arqueológica se suman las circunstancias de su descubrimiento en 1897 y el fetichismo suscitado por una obra definida como la esencia de España, tanto por hispanistas románticos de diversos países como por intelectuales y artistas españoles. Se trata, sin embargo, de una escultura ibérica del siglo IV a. C., muy anterior a la existencia de la nación española, que, tras ser vendida a Francia, se exhibió durante cuarenta y cuatro años en el Museo del Louvre. En 1941 fue restituida al Museo del Prado, sumándose a los bienes del patrimonio español incautados durante la guerra napoleónica, y desde 1972 se expone en el Museo Arqueológico Nacional.