Ella no sólo hizo de traductora para nosotras, con las familias refugiadas que llegaron hace más de un año a Elche. En todo este tiempo Francine ha traducido necesidades y explicaciones, sobre todo ha hecho de traductora de emociones, de transmisora de calma€ En cada conversación ella ha sido no únicamente el puente que necesitábamos para comunicarnos, si no también el faro de esperanza mutuo, convirtiéndolos en momentos intensos como la misma vida. Intensos como las propias experiencias de vida de aquellas personas que ella traducía, intensas como las miradas de los recién llegados al recordar lo que habían dejado atrás. Intensas, en definitiva, como las miles de vidas arriesgadas y olvidadas en el mar.

Pues bien, no quiero dejar pasar la oportunidad de tranquilizar a los militantes de VOX, en pocos días habrá una refugiada menos en "su" España. Al menos a Francine no van a tener que deportarla, se marcha, vuelve a su Damasco natal. Y es que, aunque los nuevos-viejos defensores de la pureza española no lo crean, aquellos que vienen son también personas, seres humanos que añoran su tierra, su lengua, sus vecinas€ Supongo que la melancolía, el saudade (bonita palabra, como ella) ha hecho que resuelva esta distancia. Francine en unos días volará a el Líbano y desde allí , formulará posibilidad de reencontrarse con su Damasco, con su hogar o lo que de él quede.

Fue valiente saliendo de un país que empezaba una guerra y de nuevo ahora lo vuelve a ser para enfrentarse a un regreso incierto y que con total seguridad será doloroso. Ella, Francine, es una señora mayor, lo digo con todo el bello peso de estas dos palabras juntas. Aunque sus risas, su buen humor y su energía, se puedan confundir con las de cualquier chiquilla ilusionada.

Nunca la oímos quejarse, disimulaba con un: "no estoy maaaaaal!" Y eso que sabíamos que sus rodillas a menudo pedían silla.

Hacia finales del verano, mientras disfrutábamos de una cena que Fátima improvisó en los bancos de un parque llenísimo de niños jugando, aprovechábamos para compartir curiosidades de Elche, de Damasco, de Alepo y también ,sí, de la Hoya. En esos momentos era fácil sentirse como si fuésemos amigos desde siempre, porque la amistad, como el amor, no tiene un tiempo standar para sentirlo recíproco. Fue así, charlando entre palmeras y algún mosquito que le pregunté si en Damasco también tenían estos molestos bichos a lo que ella respondió entre risas:

-¡¡Hay mosquitos, pero son peores las bombas!!

Enseguida nos cruzamos unas carcajadas, porque a la tristeza de la situación vivida en Damasco y en toda Siria, ella siempre añade simpatía, para que no suframos por ellos.

¿Acaso hay amor más grande, que cuando no quieres que sufran por ti?

Un refugiado venezolano, amigo común , dijo "somos pura alegría para no dejar que te invada la nostalgia"

Sabemos que os duele la distancia, os duele y mucho, y nosotras apenas podemos poner algún puntito de sutura a esa herida, pero os prometemos que nunca vamos a poner un punto final, a nuestra fuerza por ayudaros, no será fácil, pero somos muchísimas las personas ilicitanas que vamos a intentar que Elche sea vuestro acogedor hogar, bien para siempre o bien para un tiempo.

Y a todos aquellos que carentes de toda humanidad y empatía, hoy piden deportaciones masivas, únicamente me gustaría decirles que somos muchas las personas, tan españolas como ellos, que no vamos a consentir que se pisoteen los derechos de las y los que llegaron a nuestro país en busca de amparo. A esos militantes del odio les digo que trabajaremos incansablemente para que su estúpidamente egoísta visión del mundo nunca pase de ser una mera anécdota en la historia de la humanidad.

Gracias Francine y suerte, aunque la suerte fue nuestra , por conocerte.