El exabogado Raúl Díez Castillo se sentó ayer al final en el banquillo de los acusados para rendir cuentas en la primera de las causas que mantiene abiertas en la provincia por presuntas estafas a sus clientes, la mayoría de ellos denunciantes de negligencias médicas, en lo que estaba especializado gracias a dirigir el gabinete legal del Defensor del Paciente en el sur de la Comunitat. En este caso, según recoge el escrito de acusación del Ministerio Público, Díez Castillo se quedó con 5.000 euros que pidió a su cliente para pruebas periciales que nunca se realizaron, y con 600 de los 1.500 que la perjudicada abonó para pagar a la procuradora.

Díez Castillo no solo negó los hechos, pese a las pruebas de las transferencias realizadas por parte de su cliente en concepto de esas pruebas periciales que nunca se encargaron, sino que mantuvo una actitud altiva ante el tribunal y, especialmente, ante el Ministerio Fiscal y la acusación particular. El letrado no respondió con contundencia a por qué no devolvió ese dinero, pagado, como indicaban los conceptos de las trasferencias, para pruebas periciales, sino que se limitó a decir que el procedimiento tenía una serie de gastos.

No obstante, la víctima tenía por escrito un documento en el que Díez Castillo renunciaba a cobrarle honorarios, debido a una amistad que arrastraban desde pequeños, pero la defensa alegó que esa renuncia era para el proceso de reclamación administrativa ante la Conselleria por una presunta negligencia médica que habría derivado en el fallecimiento del paciente. El abogado se excusó alegando que solo había renunciado a sus honorarios en el procedo administrativo, y no en la posterior demanda que se interpuso en el juzgado de lo Contencioso-Administrativo.

La procuradora de la víctima también declaró en la sesión de ayer, apuntando que finalmente fue su cliente, y no Díez Castillo, quien le abonó los 600 euros que le faltaba por cobrar, pese a que la víctima se los había transferido. De hecho, contactó con la procuradora al sospechar que el exletrado la había estafado, y fue cuando se destapó el supuesto engaño y lo denunció en el juzgado.

Díez Castillo acumula varias acusaciones de este tipo. La próxima se juzgará en Alicante a finales de noviembre, aunque el denunciante teme que no se presente, como en anteriores ocasiones. De hecho, el juicio de ayer se celebró tras detenerlo hace un mes e ingresarlo el juez en prisión preventiva a la espera del juicio, por lo que ya está de nuevo en libertad.