La sección VII de la Audiencia juzga desde ayer a cinco guardias civiles de Torrevieja acusados por la Fiscalía de los delitos de torturas, lesiones, falsedad en documento y omisión del deber de perseguir delitos, aunque este último estaría preescrito. Para los acusados el Ministerio Fiscal solicita cinco años de cárcel (dos años por las torturas y tres años por lesiones) e inhabilitación para empleo público durante diez años para cada uno de ellos, mientras que la acusación particular pide además otros tres años por falsedad en documento.

La sesión de ayer contó con las declaraciones del todos los acusados, del denunciante, de dos guardias civiles como testigos, de la novia de uno de los agentes y de un médico, mientras que para una segunda jornada está previsto que declaren un forense, otra testigo y un perito. Los acusados se declararon ayer inocentes durante la sesión.

Los hechos, según siempre el escrito de la Fiscalía, se remontan a las 6.15 horas del 11 de octubre de 2009, cuando uno de los acusados, agente de la Guardia Civil y sin vestir el uniforme reglamentario, recriminó, a la persona que posteriormente denunció torturas, y a un acompañante, que no alzaran la voz cuando se encontraban llamando al telefonillo de su vivienda, utilizando la siguiente expresión, según siempre el mismo escrito de la Fiscalía: «Extranjeros de mierda, siempre estáis molestando y armando jaleo».

Puñetazos y patadas

A partir de ahí, se inició una discusión entre ambos y el guardia civil, presuntamente, propinó varios puñetazos y patadas en la cara y el cuerpo del denunciante, mientras decía: «No sabes quién soy yo». Una vecina del edificio, ante los gritos, vio lo que ocurría tras asomarse a la ventana.

Tanto el agredido como su acompañante huyeron del lugar, mientras que el agente se dirigió al cuartel de la Guardia Civil en busca de otros dos compañeros. Los tres agentes consiguieron localizar al agredido y a su acompañante y detenerlos por delito de resistencia a la autoridad. Los dos se resistieron en el momento de ese arresto y el agente implicado desde el primer momento resultó lesionado.

Por estos hechos ya se celebró juicio contra el hombre que tocó el telefonillo y fue condenado por una falta de lesiones. Con respecto al acompañante, este quedó en libertad el 13 de octubre tras acordarse el sobreseimiento de los hechos.

No obstante, aquel día en que fueron detenidos, según siempre el escrito de Fiscalía, continuaron los golpes al primer denunciante «con ánimo de atentar contra su integridad física y moral», mientras se le decía: «Esto te pasa por intentar matar a un Guardia Civil».

Según el relato de los hechos del fiscal, los tres agentes que practicaron las detenciones se encargaron del cacheo y de introducir al denunciante en el calabozo «donde se volvieron a repetir las patadas y puñetazos, mientras le decían: has cometido el peor error de tu vida».

Por su parte, los otros dos número de la Guardia Civil acusados fueron al parecer los encargados de trasladar al detenido al hospital de Torrevieja y durante el camino también lo golpearon en varias ocasiones.

Recipientes de plástico

Por si fuera poco, se recoge también que el denunciante, que estuvo bajo la custodia de los agentes citados y de otros que no pudieron ser identificados, «faltando a sus deberes de velar por la vida e integridad de la persona detenida y con ánimo de vejarle y doblegar su voluntad, no le permitieron hacer uso de los cuartos de baño, obligándole a hacer sus necesidades en recipientes de plástico en su propia celda».

Asimismo, se indica que no se permitió al detenido tomar la medicación que tenía prescrita, propinándole patadas si solicitaba los fármacos.

Como consecuencia de todo ello, el denunciante sufrió un agravamiento del disco intervertebral, dolor cervical posterior, dolor lumbar, policontusiones y fractura de algunos arcos costales derechos y de uno izquierdo, según el parte forense. Todo ello tardó en curar 60 días, de los que 42 estuvo impedido para realizar sus ocupaciones habituales, según consta en el escrito de Fiscalía.

También se llega a señalar que en el atestado policial se omitieron todos estos hechos «a fin de dar cobertura a la actuación de los agentes», «faltando a la verdad en la narración de los hechos y dejando intencionadamente de promover la persecución de los graves hechos denunciados».