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Al margen de toda accesibilidad

Vecinos de la calle Calderón de la Barca critican la estrechez y el mal estado de sus aceras y plantean al Ayuntamiento hacerla semipeatonal

Al margen de toda accesibilidad

Llevan décadas esperándolo y al final han decidido levantar un poco la voz con la esperanza de que el Ayuntamiento de Elche les escuche. Vecinos de la calle Calderón de la Barca, en concreto los que residen o trabajan en el tramo comprendido entre José María Buck y Reina Victoria, piden que se amplíen aquí las aceras, ya que son muy estrechas y, sobre todo pensando en las personas mayores, cada vez es más complicado caminar por aquí. Incluso no renuncian a que se convierta en semipeatonal.

Y es que, aseguran algunos residentes de esta zona, desde los años 80, salvo una pequeña área, las aceras no han sido renovadas, por lo que presentan distintos desperfectos, falta de uniformidad, desniveles y otras incidencias con bocas de alcantarillado que pueden hacer fáciles caídas y tropiezos.

Gabriela Grau, presidenta de la Asociación de Vecinos Centro-Avenida País Valenciano, señala que todas las calles de alrededor -Lope de Vega, Teniente Ruiz o Concepción Arenal, por citar algunos ejemplos- han visto cómo se remodelaban e incluso ampliaban sus aceras. Sin embargo, esto no ha sucedido en este tramo de Calderón de la Barca, insisten.

«Muchas personas optan por bajarse de la acera para poder ir con las bolsas de la compra, con el carrito o con el perro porque por las aceras no caben», advierte Grau.

Mara, con un comercio que hace esquina en esta calle, recuerda que en 1985 abrió su negocio y que desde entonces nunca ha visto que se ampliaran o renovaran las aceras. «Si hay un coche aparcado al lado de mi local, le tengo que plegar el retrovisor porque si no no puedo cerrar mi negocio», explica, mientras muestra cómo la verja de seguridad ocupa todo el ancho de la acera y no puede cerrarse o abrirse sin salvar este obstáculo.

Los vecinos son conscientes de que si aquí se produjera una remodelación de aceras, se suprimiría posiblemente la línea de aparcamientos, aunque tampoco serían tantas las plazas de estacionamiento que se suprimirían.

«La gente va por el medio de la calle, con el consiguiente problema con los coches», apunta Grau, quien considera incluso que esta calle podría convertirse en semipeatonal. De hecho, este vial funciona de cara a los vehículos más bien para atajar; y en calles paralelas se puede circular también sin mayores problemas, incluso mejor que por esta estrecha calle.

El caso es que con un ancho de acera de entre un metro y un metro y veinte centímetros, poca circulación en ambos sentidos puede haber por parte de los peatones. Siempre alguien se tiene que bajarse, y para mantener una conversación con otra persona, ésta tiene que ser en fila.

Una de las situaciones más complicadas las tienen dos vecinas, Encarnación y Ángela, que precisan de sillas de ruedas para moverse. El escaso ancho de las aceras impide que puedan circular sus sillas de ruedas, por lo que siempre tienen que bajarse a la acera, con los peligros que conlleva. Se trata de vecinas que residen aquí desde prácticamente toda la vida y no entienden muy bien por qué nadie soluciona estos problemas de movilidad.

«Lo hemos pedido también en los Presupuestos Participativos y no hay manera», se lamenta Gabriela Grau, quien espera una llamada de algún concejal para ver si de una vez por todas se puede poner remedio a esta situación.

Un atraco a un banco muy presente y colonia de gatos

Vecinos también aseguran que hay ratas que salen de algunos agujeros de la acera, pero sobre todo se quejan de la colonia de gatos que se ha adueñado de la vivienda, semicerrada solo con una cadena, en la que en agosto de 2014 unos ladrones excavaron un túnel, de unos 150 metros de largo y a ocho metros de profundidad, para robar en un banco de Elche. Desde la calle se puede observar cómo el inmueble está lleno de felinos y de gran cantidad de arena extraída y abandonada desde entonces. Residentes saben que se trata de una casa privada, pero creen que alguien debería actuar para devolver esta situación a la normalidad y no permitir, entre otras cosas, que aumente la colonia de gatos.

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