Antonio Blas Molina Bertomeu, toda una institución en lo que era la antigua Obra Social de la CAM, ya no trabaja allí. Se ha acogido al ERE de la Fundación CAM, junto con otra quincena larga de personas, y tras 35 años de trabajo como conserje y operador, a sus 60 años inicia una nueva etapa en su vida.

Entró a los 18 años para trabajar al lado de Francisco Trigueros, ayudando en el equipo móvil de la que entonces era Obra Social de la Caja de Ahorros de Alicante y Murcia (CAAM), proyectando películas en colegios, pedanías y asociaciones. «Recuerdo esas primeras películas: Hermano Sol, hermano Luna y El regreso del futuro de las estrellas. Jaime Brotóns era en aquella época el jefe de la Obra Social y yo entré como colaborador», rememora.

Al año siguiente, Brotóns le preguntó si se veía capacitado para realizar las proyecciones, entonces en Súper 8 y 16 milímetros, del Festival de Cine, que acababa de arrancar el año anterior. Desde entonces ha permanecido como operador del mismo en las 41 ediciones.

«Paco Raval es el que más bromas nos gastaba cuando estaba aquí. También tuvimos contacto con Pepe Sacristán», señala este enamorado del cine.

Con Carlos Picazo al frente de la Obra Social, su vinculación es mayor. Con una pequeña sede en la calle Santa Bárbara, pero sin local propio aún, el personal se tiene que buscar la vida para la organización de actos, que normalmente se centralizaban en la Peña Madridista o en el Casino. Son tiempos en que también empieza a colaborar con el Cine Club Luis Buñuel.

Aula de Cultura

Por fin, en 1986 Antonio pasa a ser empleado de la CAM como ordenanza y operador de cine. Otra fecha que recuerda bien es el 14 de febrero de 1991: se inaugura en Elche el Aula de Cultura, el actual edificio de la Glorieta (el cual sigue abierto al público en la actualidad) con espacios para seminarios, audición, actos y exposiciones. Lo único que no pervive hoy en día es la llamada Aula Joven, en aquel entonces un auténtico soplo de aire fresco por los medios técnicos que ofrecía.

El que ha sido uno de los símbolos de la Obra Social de la CAM en Elche destaca por ejemplo cómo en un año se encargó de hacer posible cerca de 150 proyecciones de la película del Misteri de Gudie Lawaetz en centros educativos; o de la introducción de los filmes de 35 mm. y la llegada del vídeo.

«El operador siempre está detrás y yo siempre he sido el actor secundario en todo», señala con una cariñosa sonrisa, al tiempo que asegura que siempre estará agradecido a los compañeros y jefes que ha tenido y por la confianza que han depositado en él todos estos años.