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El techo del ático colapsó y causó un efecto cadena en el resto de viviendas.INFORMACIÓN

Hogares en el laberinto

Cuatro años se cumplen desde que colapsara internamente parte de un edificio en Carrús. Diez viviendas, muchas de ellas saqueadas, y dos locales se debaten entre la rehabilitación o la demolición

Complicado, muy complicado, aunque no imposible. Los propietarios de las viviendas de un edificio de cinco plantas en Carrús, que hace ahora cuatro años se colapsó internamente, es decir, su parte exterior aparentemente no sufrió daños, aunque es en el interior de una de sus dos mitades donde cedieron una parte de los techos y suelos de las viviendas, sobre todo en la zona del salón, continúan sin saber qué puede pasar con lo que hasta el pasado 27 de abril de 2016 eran sus hogares de toda la vida.

Y esto se debe a varios motivos. Para empezar, el edificio sigue siendo inhabitable. No ofrece peligro de derrumbe, según los técnicos municipales, pero en la situación en que está no se puede volver a entrar. Por tanto, las opciones son dos: o se rehabilita por completo, o se tira abajo y se levante un edificio nuevo. Y aquí es donde los problemas aumentan.

Para rehabilitarlo hace falta como una cantidad de, seguramente, no menos de 250.000 euros, cifra que los propietarios bien algunos no pueden aportar en lo que respecta a su parte, bien no quieren. La falta de acuerdo complica esta situación.

Pero también la falta de entendimiento en la otra opción: en la de derribar el inmueble y hacer uno nuevo. Aparte del problema de reunir el dinero, una actuación, por otra parte mucho más costosa que la rehabilitación, la cuestión es que, según lo que establece el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) se tendría que construir una planta menos. Es decir, se construirían menos viviendas.

Actualmente, el edificio consta de diez viviendas y dos locales y, casi desde el primer momento, los inmuebles fueron saqueados. Neveras, cocinas, televisores, instalaciones de cobre... poco queda que no tenga valor. Y todo eso pese a que no se puede entrar al edificio. Vecinos del entorno aseguran que han visto gente subiendo por los andamios que se colocaron en su día.

Apoyo municipal

En cualquier caso, algunos de los afectados aseguran que el Ayuntamiento de Elche, tanto a través de Bienestar Social como Urbanismo, siguen en contacto con ellos e interesándose por su situación personal, social y de vivienda. Así por ejemplo, según indica un vecino, en un primer momento se había puesto encima de la mesa la posibilidad de que el Ayuntamiento se hiciera cargo, a priori, del coste la rehabilitación, siempre que esto fuera posible y previo informe jurídico. A cambio, el Ayuntamiento se quedaría con la propiedad y los vecinos con el usufructo, de manera que cuando éstos dejen de vivir allí, el Consistorio tendría una serie de viviendas listas para atender fines sociales, incluso para familias a las que les pueda llegar a pasar una situación parecida a la de estos vecinos del número 101 de la calle Ginés García Esquitino. También se contempló la variante de que estas viviendas fueran de uso social durante 15 años y luego se devolvieran de algún modo a los vecinos.

No obstante, algunos pisos están en trámite o son ya propiedad de los bancos, y el Consistorio no está por la labor de rehabilitar nada de un edificio en favor las entidades de crédito.

Y es que se dan circunstancias de todo tipo: desde alquilados con pocos recursos, hasta propietarios que necesitarían pedir un préstamo (en el caso de que se lo concedieran), pasando por el hecho de que algunas de las vivienda van camino de ser propiedad de entidades bancarias.

«Existe preocupación entre el equipo de gobierno porque la situación es complicada, señalan fuentes del tripartito. Tanto responsables de Urbanismo como de Bienestar Social se han reunido con afectados para hacer seguimiento de este particular caso. Además, ambas concejalías están atentas por si hubiera la posibilidad de captar subvenciones de la Generalitat o del Gobierno central para tratar de aliviar esta situación, pero parece que no es posible. Lo último es que sea la Generalitat la que asuma este inmueble, casi como se ha podido hacer en Los Palmerales o San Antón, y se puedan lograr ayudas para su arreglo.

Todo depende en cualquier caso de que se alcance algún día un consenso entre los vecinos, algo que por el momento parece que no lo hay en ninguno de los escenarios que se han puesto sobre la mesa; y posteriormente de que haya fondos privados o públicos imprescindible para coger uno u otro camino.

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