El Ayuntamiento de Elche inició ayer el operativo para comprobar el estado de conservación del refugio de la Guerra Civil, cuyo acceso está bajo el Mercado Central, y se encontró con un tesoro muy distinto: un «vertedero» de cerámica islámica. Abundantes piezas de la época, tal y como informó el equipo de gobierno, es todo lo que pudieron extraer ayer los técnicos al cabo de cuatro horas.

Una vez detectado con un georradar el acceso al escondite antiaéreo a menos de 40 centímetros del subsuelo, la Concejalía de Urbanismo emprendió ayer las labores de búsqueda con otra empresa especializada para conocer con exactitud en qué condiciones está la galería que por la ley del Patrimonio Valenciano debe ser considerada Bien de Relevancia Local (BRL). Un reconocimiento que podría finiquitar el proyecto del Mercado Central con el aparcamiento subterráneo tal y como se adjudicó en 2015.

Desde primera hora de la mañana, el arqueólogo de las excavaciones, el técnico de Patrimonio y especialistas de una mercantil contratada por el Ayuntamiento se desplazaron a la entrada del edificio de abastos situada en la plaza de las Flores. Con un taladro empezaron a perforar el terreno con el objetivo de introducir una cámara por la galería subterránea y poder hacerse una idea de si la zona está o no colapsada. Sin embargo, en la jornada de ayer no pudieron conseguir ese propósito, por lo que está previsto que continúen las labores de búsqueda, según informó ayer el equipo de gobierno.

De cualquier manera, sorprendió mucho a los allí presentes la cantidad de piezas extraídas y un silo, en una zona que debería haberse excavado en los últimos años durante las catas arqueológicas realizadas por la concesionaria del Mercado y que finalizaron antes de las elecciones municipales.

Tras extraer parte de ese material, el Ayuntamiento aseguró que la empresa arqueológica incluirá ahora esta nueva información en un informe que debe remitir a la conselleria de Cultura.

El operativo de búsqueda del refugio de la Guerra Civil levantó ayer expectación en la plaza de las Flores, sobre todo, de los vecinos que viven en edificios con vistas a la zona de excavaciones y de los comerciantes que llevan más de dos años con las aceras levantadas siguiendo de cerca la aparición de cada resto. Tampoco faltaron las cámaras fotográficas de muchos curiosos deseosos de inmortalizar el hallazgo de aquel escondite construido durante la contienda civil. Pero no tuvieron suerte. Más allá de las piezas de la época islámica que salieron a la luz, otro de los vestigios del pasado que ayer pudieron verse desde las alturas fue los restos de una muralla, de cuyo origen no han informado todavía.

Decisión municipal

El estado de conservación en el que se encuentre el refugio condicionará los movimientos del nuevo ejecutivo local sobre el edificio de abastos. El alcalde, Carlos González, aseguró a comienzos de esta semana que está a la espera de contar con el informe de la empresa contratada que determine las condiciones del escondite para tomar decisiones. No obstante, el acuerdo de gobierno con Compromís contempla lograr «una salida negociada con la actual empresa concesionaria acondicionando el actual edificio, sin aparcamiento».