Más de diez años después parece que entramos en la recta final para que el comedor del colegio público Jaime Balmes sea por fin una realidad. Ha sido más de una década esperando para que este centro tuviera su propio espacio para los alumnos comensales, pero, como dicen algunos padres, hasta que no lo vean no lo creerán.

Lo cierto es que la obra ya está en licitación y la pregunta que se hacen ahora los padres es si estará listo para entrar en servicio tras las próximas Navidades.

«Estamos con muchas ganas, supercontentos», indican desde la asociación de madres y padres de alumnos de este centro el cual, cada día lectivo, tiene que dar de comer a unos 300 alumnos aproximadamente. La cuestión es que almuerzan, en distintos turnos, en el mismo sitio que comen los matriculados en el colegio Eugeni d'Ors.

La obra se ha sacado a licitación por 570.000 euros y debe estar concluida en cinco meses desde el inicio de la primera actuación sobre el terreno.

Cabe recordar que el proyecto de este comedor escolar data del año 2008. La Conselleria de Educación en aquel año encargó la redacción del proyecto, que fue aprobado por los servicios técnicos de dicha conselleria, pero, posiblemente por la crisis, nunca llegó a ejecutarse.

Diez años después se vuelve a retomar el proyecto por parte del Ayuntamiento de Elche y se decide incluirlo en el «Plà de construcció, reforma i millora dels centres educatius, Edificant».

Adecuación

Como consecuencia de los diez años transcurridos desde que se redactó el proyecto inicial ha sido necesaria su adecuación a las diferentes normativas que han aparecido o han sido modificadas durante este período: salubridad, ahorro energético o instalaciones térmicas en los edificios, entre otras.

El nuevo edificio debe levantarse en cualquier caso entre las pistas que existen contiguas y el propio edificio docente del Jaime Balmes, eso sí, sin afectar a ninguna de las pistas, según los técnicos. Asimismo, se separa del edificio docente para no interferir en la red de alcantarillado existente, según se recoge en el propio proyecto.

En concreto, se va a realizar una ampliación consistente en la creación de un cuerpo de comedor con cocina, despensa, lavado de platos, servicio de personal, cuarto de basuras y un amplio comedor para 300 comensales. Aquí volverán a organizados en dos turnos, pero ya de forma independiente a los comensales del Eugeni D'Ors, que podrán disfrutar en exclusiva por fin de su propio comedor.

«Esta solución permitirá que cada centro pueda atender en el servicio de comedor su propia población escolar, además de a futuros alumnos que años siguientes demanden el servicio», subrayan los especialistas del proyecto de obra.

Asimismo se mira que el comedor pueda tener un acceso directo desde la calle, de manera que el abastecimiento del mismo se realice independientemente de la entrada de alumnos y personal docente.

Se ha optado también por una estructura metálica en el comedor para tener la sala diáfana en toda su superficie. En suma, el edificio utilizará 357 metros cuadrados y la superficie construida será de casi 400.

En marzo de 2009 un grupo de técnicos se desplazaba hasta el centro educativo para realizar las catas necesarias ante la posible obra que, en principio, a finales de 2008, se anunció para el curso siguiente, pero que al poco se rectificó y se avisó que no sería viable hasta uno o dos años después.

Antes, en octubre de 2008, madres y padres de alumnos de 3, 4 y 5 años de los dos colegios, Jaime Balmes y Eugeni d'Ors, no llevaron a sus hijos a clase durante unos días en horario de tarde, para exigir así ese nuevo comedor que diera servicio a ambos centros.

En enero de 2010 ambos colegios protagonizaban una nueva protesta, después de que por segundo año, todo el alumnado de 3, 4 y 5 años, unos 150 niños, tuvieran que trasladarse a diario en autobús hasta el colegio Casablanca para poder comer.

Patricia Macià, edil de Educación en estos últimos cuatro años, ha venido insistiendo ante Generalitat desde hace tiempo en la necesidad de resolver de una vez por todas el problema que vienen padeciendo ambas comunidades educativas.

De igual modo, al Ayuntamiento le hubiera gustado que el comedor ya hubiera entrado en servicio hace varios años, pero también es cierto que no solo depende de la voluntad política, sino también se trata de conseguir financiación adecuada y de cumplir los plazos administrativos. El colegio Jaime Balmes espera en Navidades poder haber digerido bien este problemas tras más de una década.