El Servicio de Farmacia del Hospital General Universitario de Elche, al frente del cual se encuentra el doctor Andrés Navarro, ha informado sobre los efectos, uso y conservación de los medicamentos en una ola de calor.

Frente a las diferentes olas de calor de la provincia de Alicante, en las que se llegan a superar los 40 grados, los farmacéuticos del hospital de Elche quieren informar a los ciudadanos de una serie de consideraciones a tener en cuenta relacionadas con los medicamentos.

Más concretamente, los expertos explican que existen fármacos que pueden agravar los efectos del calor, que el calor puede hacer que haya cambios farmacocinéticos al tomarse la medicación, y además que hay que tener en cuenta una serie de consejos para la adecuada conservación de estos medicamentos.

Andrés Navarro, que es también vocal de hospitales del Colegio Oficial de Farmacéuticos, explica que "una ola de calor ya de por sí puede provocar efectos en nuestro organismo como el agotamiento y la deshidratación. Además hay pacientes que son más vulnerables como son los ancianos, lactantes, niños y pacientes con patologías crónicas y dependiente. Por lo tanto es importante tomar medidas preventivas con estos pacientes de riesgo".

En estos casos concretos, y sobre todo en pacientes con medicación, es recomendable que se consulte a su farmacéutico qué precauciones ha de tomar con su medicación y si este considera adecuado, remitirlo al su médico para que valore una posible retirada o cambio de la medicación si fuera necesario.

Existen una serie de medicamentos que alteran la adaptación del cuerpo al calor y pueden agravar los trastornos producidos por el este porque entre otras cosas, pueden provocar deshidratación, como es el caso de los diuréticos o algunos tratamientos para la hipertensión como captopril, enalapril o losartan.

Otros fármacos también pueden alterar la función renal y esto también puede agravar el efecto del calor. Se trata de medicamentos como la aspirina o el ibuprofeno, entre otros.

Existen medicamentos que pueden impedir la pérdida calórica. Dentro de este grupo están los medicamentos con propiedades anticolinérgicas: algunos antidepresivos, antihistamínicos, antiparkinsonianos, entre otros.

A esta pérdida calórica también contribuyen fármacos como los vasoconstrictores y algunos antimigrañosos.

Hay medicamentos que pueden producir una hipertermia, es decir, un aumento de la temperatura corporal y otros grupos pueden agravar los efectos del calor al bajar la presión arterial y alterar el estado de vigilia como el diazepam o bromazepam.

Andrés Navarro explica que "estos son solo algunos ejemplos pero existen más medicamentos dentro de los grupos anteriores por lo que es recomendable consultar siempre a su farmacéutico".

El calor puede afectar directamente al medicamento, especialmente si este se encuentra muy expuesto a altas temperaturas, haciendo que o bien pierda su efecto o bien que pueda provocar efectos adversos.

Por ello no hay que olvidar que durante todo el año y muy especialmente en momentos en los que la temperatura ambiente sea muy elevada, los medicamentos deben ser conservados en lugares frescos y secos, no expuestos directamente a la luz solar.

Dentro de los lugares menos secos en los domicilios están la cocina y el baño, con lo que no son los más adecuados para la conservación de medicamentos, sin embargo, muchas veces son los más habituales.

Hay medicamentos que pueden ser guardados en la nevera a unos determinados grados y esto se indica en el prospecto, por lo que es muy importante leerlo para conocer su adecuada conservación.

"A la hora de transportar los medicamentos, durante las vacaciones por ejemplo, debe evitarse guardarlos en la guantera o maletero del coche porque esos lugares alcanzan temperaturas muy altas", asegura Andrés Navarro.

Consejos generales frente al calor

Por último, los profesionales de Farmacia quieren recordar a toda la población que ante una ola de calor hay que aumentar la ingesta de líquidos sin esperar a tener sed y hay que evitar consumir bebidas alcohólicas, muy azucaradas o con alto contenido en cafeína, ya que este tipo de bebidas contribuyen a aumentar la pérdida de líquidos.

También hay que tener precaución con las bebidas muy frías porque pueden calambres en el estómago o incluso síncopes. Es necesario evitar comidas muy copiosas o con alto contenido energético y en cambio es recomendable consumir en abundancia frutas y verduras.

Los expertos recomiendan no exponerse al sol en exceso y reducir la actividad física (en las horas centrales del día), usar ropa ligera y holgada, sombrero, gafas y protectores solares (UVA y UVB), permanecer en espacios ventilados o acondicionados y extremar los cuidados en personas de riesgo (ancianos, niños y crónicos).

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