La pasada semana varios ornitológos ilicitanos constataron por vez primera la predación de un ave, en concreto del abejaruco europeo (Merops apiaster), sobre ejemplares de Paysandisia archon, una mariposa originaria de Sudamérica que se ha convertido, junto al picudo rojo, en una grave amenaza para el Palmeral.

«La noticia cobra relevancia por cuanto no se conocían hasta la fecha en nuestro país predadores naturales de esta especie, introducida accidentalmente en España al importarse palmeras infestadas procedentes de Argentina», señalan desde El Margalló-Ecologistas en Acción de Elche y la Sociedad Ilicitana de Ornitología (SIO), que han dado a conocer este hecho.

El abejaruco, especialista en comer abejas, también tiene entre sus presas habituales al picudo rojo, al igual que la carraca, una especie rara y amenazada que mantiene en Elche una de las pocas poblaciones estables en nuestra comunidad, según añaden las mismas fuentes.

Tras este descubrimiento, desde la Sociedad Ilicitana de Ornitología y Margalló-Ecologistes en Acció se vuelve a insistir en «romper con las fumigaciones masivas que siguen efectuándose por parte de la empresa Tragsa en el Palmeral de nuestra ciudad».

Concretamente, ambas organizaciones ecologistas apuntan al cese de los tratamientos con acetamiprid, un fitosanitario de la familia de los neonicotinoides. El acetamiprid es el único plaguicida no biológico autorizado para su uso en el Palmeral de Elche, pero su utilización está siendo cuestionada por varias razones, apuntan.

Por un lado, al no servir para controlar a la paysandisia, que es inmune al mismo, aseguran. Y por otro lado, al sugerir estudios recientes que el acetamiprid se metaboliza en el cuerpo humano y produce un derivado que puede acumularse, con efectos de alteración endocrina, neurotoxicidad, genotoxicidad, inmunotoxicidad e impacto en el desarrollo neuronal, según siempre las mismas fuentes.

Posible prohibición

«Por ello, la Unión Europea está planteándose rebajar los límites de su uso y no se descarta que en un futuro cercano pueda también prohibirse, al igual que sucedió en su día con otros productos que se utilizaron contra el picudo rojo, como el imidacloprid o el clorpirifos», manifiestan las mismas fuentes.

Finalmente, desde Margalló-Ecologistes en Acció y SIO demandan un replanteamiento de toda la estrategia que se está llevando a cabo para el control del picudo rojo y la paysandisia en el Palmeral, replanteamiento que pasaría, en su opinión, por el establecimiento de medidas favorecedoras de los procesos naturales de regulación de plagas del Palmeral, por profundizar en el control biológico de las mismas y en detraer recursos de las fumigaciones masivas que se realizan y derivarlos al control y supervisión de las palmeras, atajando así los posibles focos de infección que puedan surgir.