Esta historia tiene un final feliz, pero a punto ha estado de convertirse en uno de esos sucesos que convierten unas vacaciones en trágicas. Se trata de la historia de la mujer que el pasado lunes casi se ahoga cuando hacía submarinismo en el entorno de la isla de Tabarca y que, gracias a hacer las cosas bien y a gente profesional y responsable, está hoy con vida, según ha podido saber este diario de diversas fuentes que han conocido de primera mano lo ocurrido.

La submarinista, con cerca de 40 inmersiones en su haber y considerada como buceadora avanzada (para ser experto se podría decir que tienes que tener unas mil inmersiones), se encontraba a 24 metros de profundidad cuando, de repente, se quedó solo con la reserva de aire comprimido, unos 50 bares en la botella.

Avisado el instructor que iba con ella, dentro de un grupo total de cinco personas, incluida su pareja y un cliente que también era instructor, el primero compartió entonces con ella su suministro y, por sentido común, empezaron a ascender tal y como marca el protocolo.

Así por ejemplo, a los diez metros hicieron una primera parada, para, poco después, reanudar y detenerse de nuevo a los cinco metros antes de llegar a la superficie. Fue en esta última parada cuando sobrevino el problema. El instructor entendió que con el aire de reserva que le quedaba a la buceadora tenía de sobra para llegar a la superficie.

Pero la mujer, en lugar de purgar su propio respirador o soplar el agua que quedaba en él, aspiró directamente, introduciéndose así, sin darse cuenta, toda una bocanada de agua que entró directamente en sus pulmones.

Este error es lo que provocó que quedara inconsciente y saltaran todas las alarmas en el grupo. Sin embargo, según ha podido saber este diario, tuvo la suerte de estar rodeada de gente profesional y que sabía qué es lo que tenía que hacer en ese momento extremo.

En este punto, desde el centro de buceo Scubaelx se asegura que uno de sus instructores fue el que realmente reaccionó al ver a la mujer emerger bocabajo con síntomas de no respirar. Según afirma Héctor Boix, uno de los instructores de Scubaelx, y que estaba en un barco en la misma zona esperando a que emergiera ese primer grupo para que así pudieran descender sus propios clientes, se tiró al agua para ayudar a rescatar a la mujer. Con ayuda de todos la subieron a bordo rápidamente.

A unas cuatro o cinco millas de Santa Pola, y nada más subirla al barco que había trasladado al grupo con la intención de disfrutar del paisaje submarino de La Llosa, uno de los mejores puntos de buceo de la reserva marina de Tabarca, conocido por la cantidad y tamaño de sus meros, los bancos de barracudas, así como por sus peces cartilaginosos, comenzaron a practicarle la reanimación cardiopulmonar. En menos de un minuto se conseguía que recuperara la consciencia y, mientras se dirigían a toda potencia al Club Náutico de Santa Pola, le estuvieron aplicando oxígeno que llevaban los organizadores de la excursión por si se dan situaciones de este tipo.

Una vez en tierra, el equipo de la ambulancia SAMU le hizo una valoración y se dispuso su evacuación al Hospital General de Elche, donde la accidentada quedó ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) con pronóstico reservado al presentar síntomas de preahogamiento.

Mientras tanto, la Guardia Civil se incautó del equipo de buceo de la accidentada, así como de otros elementos para poder llevar así a cabo la oportuna investigación de lo sucedido. No obstante, diversas fuentes indican que no solo no se observó en principio ninguna irregularidad en la documentación investigada, sino que además el equipo sanitario felicitó a las personas que primeramente auxiliaron a esta mujer de 53 años y que seguramente le salvaron la vida. La buceadora, tras el susto en el cuerpo, podría recibir hoy mismo el alta hospitalaria.