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Agradecido de volver a nacer

Un jubilado de Petrer se reencuentra después de un tiempo de búsqueda con uno de los bañistas que lo salvó de morir ahogado hace unos días cuando fue arrastrado por una corriente marina en la playa de Arenales

Momento del encuentro entre José María y David, ayer en Arenales, después del traumático capítulo en la playa hace diez días. Antonio Amorós

«Desapareces en seguida cuando te pasa una ola por encima. Pensaba que no saldría de allí y diría que he vuelto a nacer». El petrerense José María Beltrán Moll a sus 72 años no había pasado por una experiencia tan desagradable como la que sufrió hace diez días cuando estuvo a punto de ahogarse a causa de una corriente marina que lo arrastró mientras se bañaba en la playa de Arenales del Sol. Después del traumático capítulo, este comerciante jubilado de Petrer se reencontró ayer después de días de búsqueda con uno de los dos jóvenes que lo salvaron de morir ahogado para agradecerle el gesto de humanidad. David Martínez Miralles, ilicitano de 28 años del barrio de Altabix, trabajador en una cadena de comida rápida de la ciudad, ex futbolista y voluntario de una protectora de animales local fue el primer usuario que nadó a contracorriente ante la llamada de socorro desde el mar.

El septuagenario ha intentado durante días dar con el paradero de sus «salvadores» ya que guarda un difuso recuerdo de aquel día. Lo intentó al principio por sus redes sociales, pero sin éxito, hasta que finalmente se puso en contacto con INFORMACIÓN, y a través del diario se dio difusión a esta búsqueda hasta que David, uno de los dos bañistas que se lanzaron al agua en su auxilio, descubrió que iban tras su pista. «Fue mi madre la que me avisó y después me di cuenta de que estaban intentando localizarme», explicaba el joven ilicitano tras fundirse en un fuerte abrazo con José María en este reencuentro organizado. Era la primera vez que se veían las caras después del suceso, que les ha servido para que entre ellos nazca un vínculo especial de por vida, aseguraban.

Aprovecharon la mañana para conocerse un poco más e intercambiar los puntos de vista sobre cómo ocurrió todo mientras paseaban por Arenales del Sol. Sin embargo, José María todavía no estaba preparado para acudir al tramo donde ocurrió el incidente por miedo a revivir la experiencia traumática. «La verdad es que me quedé preocupado después de auxiliarlo y tenía ganas de saber si estaba totalmente recuperado después del suceso, por eso me alegro de habernos encontrado», explicaba además el joven ilicitano, que ese día estaba pasando el día con tres compañeras de trabajo en la playa.

Ambos relatan que ese jueves (22 de agosto) ondeaba la bandera amarilla ya que al día anterior el temporal había removido las aguas, con lo que aquel día había poca afluencia por el entorno, próximo al Carabassí. En un primer momento David, uno de los salvadores, escuchó gritos pero creyó que se trataba de una broma. Segundos después reaccionó y acudió en auxilio del hombre. El rescatado estaba disfrutando de un baño en una zona que apenas le cubría las caderas cuando de repente sintió que una corriente marina empezó a empujarle hacia el interior donde ya no hacía pie. Sus intentos por nadar hacia la orilla fueron en vano ya que cada vez se alejaba más. Empezó a tragar agua y se quedó sin fuerzas.

David acudió a su rescate e intentó tranquilizarlo pero la corriente era tan fuerte que tuvo que intervenir un segundo bañista, al que no se ha logrado localizar. Cerca de la orilla muchos más bañistas prestaron ayuda y lo subieron a una tabla de windsurf para sacarlo a la arena. Fue entonces cuando los socorristas lo atendieron para estabilizarlo hasta que una ambulancia lo trasladó al centro de salud de la pedanía ilicitana.

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