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Francisco Orts: «Mi familia hizo de un secarral un icono de España»

Director del jardín Huerto del Cura.

Francisco Orts, el viernes, en el jardín del Huerto del Cura. Antonio Amorós

P Una vez concluida la celebración, ¿cuál es su sentimiento?

R Llevábamos mucho tiempo pensando en este acto porque era muy importante para la familia. Fue todo muy bien y nos acompañó el tiempo hasta que empezó a llover, lo que es bueno para el jardín. La presencia de los políticos condicionó el encuentro pero no tenía nada que ver con la política. El alcalde de Elche y el presidente de la Diputación siempre van a ser amigos del Huerto del Cura y Pablo (Casado) es un sobrino, uno más de la familia. Fue un placer contar con tantos invitados y una fiesta estupenda. Hubo mucha fraternidad y nos vimos gente que hacía tiempo que no lo hacíamos.

P ¿Qué supone para ustedes este centenario de la adquisición del Huerto del Cura?

R Es un orgullo comprobar que mi familia ha convertido en un icono de España el secarral que el abuelo compró hace cien años. Juan Orts Miralles trazó nuevos senderos e hizo una preciosa colección de fotografías. Y mi padre, Juan Orts Román, llevó el jardín a su cenit, lo convirtió en un centro intelectual. Los herederos hemos seguido aportando mejoras. Ahora esperamos que la cuarta generación siga avanzando porque tiene mucho mérito lo que hemos conseguido.

P ¿Cómo ha sido la evolución?

R Cuando mi abuelo compró el Huerto del Cura empezó la especulación y la construcción en la zona. Le ofrecieron mucho dinero por el jardín y resistió las tentaciones de los especuladores. Y ahora, después de cuatro generaciones, no es que no se haya abandonado, es que está más bonito que nunca. Se ha convertido en el emblema de la ciudad, la gente viene a Elche a ver el Huerto del Cura, es su primer atractivo. Lo digo convencido porque me conozco hasta su última piedra.

P El Huerto del Cura también destacó por ser pionero en sus iniciativas para el turismo...

R En 1908 en la guía turística más famosa de Europa ya aparecía el Huerto del Cura y su Palmera Imperial. Luego mi padre lo llevó a su máximo nivel y editó prospectos turísticos en alemán, inglés, francés y español, que se repartían por las pocas agencias que había en la época y se entregaban a los visitantes que entraban al jardín. Quisimos convertirlo en un parador nacional y, como no nos dieron permiso, compramos los terrenos de enfrente para hacer un camping.

P Y el futuro, ¿cómo lo ve?

R Tenemos muchos proyectos. Lo primero que vamos a hacer es cambiar la verja que rodea al jardín. Y a la casa de mi padre le queremos dar la importancia que tiene. La ilusión es más grande que nunca. Ninguno de la tercera generaciones vamos a cumplir ya los 70 pero quedamos en buenas manos, los jóvenes tienen sangre de palmera.

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