La Concejalía de Aguas, a través de la empresa mixta Aigües d'Elx, invertirá 1.630.000 millones de euros en el sur de la ciudad para así mejorar la recogida y gestión del caudal resultante de las aguas pluviales.

En concreto, la primera actuación consistirá en ampliar el colector ya existente en las calles Fra Pere Balaguer y Obispo Winibal, en Altabix, y cuyo coste asciende a 760.000 euros. Esto permitirá conectarlo al de Ciudad Jardín y Los Palmerales.

A su vez, se construirá un aliviadero de tres ramales entre la antigua y nueva Ronda Sur en el Camino Viejo de Santa Pola por un montante de 870.000 euros, y que servirá para conectar el colector de Ciudad Jardín y Los Palmerales con el de la nueva Ronda Sur -tras haber obtenido la autorización del Ministerio de Fomento-, para que, finalmente, el agua de las precipitaciones pueda desembocar en el cauce del río Vinalopó.

Héctor Díez, edil de Aguas, ha asegurado que estos trabajos permitirán acabar con las molestias de encharcamientos e inundaciones en las jornadas de lluvias torrenciales, especialmente en Altabix y en la antigua Ronda Sur, en el tramo comprendido entre el barrio de San Antón y La Portalada.

El Ministerio de Fomento autirizó este verano la conexión de la red de aguas pluviales del barrio de Los Palmerales y de Ciudad Jardín con el colector de la Ronda Sur y las obras se esperan para finales de año.

Las lluvias de finales de agosto volvieron a preocupar a vecinos de Alzabares, el entorno del barranco de San Antón y de la carretera CV-865 que une Elche y Santa Pola. La tormenta dejó de nuevo incomunicados a residentes de esta zona y la calzada comarcal se convirtió en un peligroso río de agua que se adentró en viviendas.

Esta odisea es una constante cada vez que llueve con intensidad en Elche y desde la plataforma de Afectados del Barranco de San Antón aseguraron que los encharcamientos se han agravado todavía más por la reciente construcción de una mediana en la carretera. La infraestructura para evitar los adelantamientos y mejorar la seguridad vial ha acabado convirtiéndose en un obstáculo para que corra el agua, tal y como criticaron ayer vecinos.

A finales de agosto hubo residentes que aseguraron haberse quedado incomunicados durante quince minutos, ya que no podían entrar ni salir con sus vehículos ante la fuerza del agua. Fue poco tiempo, pero temen que la situación pueda agravarse este otoño, ante una posible gota fría. El restaurante de la Cv 865 fue, de nuevo, uno de los más perjudicados.

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