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Neurociencias revierte el cáncer cerebral en ratones y evita el desarrollo del tumor

Una investigación del Instituto de la UMH aporta detalles reveladores sobre cómo la agresiva enfermedad logra invadir el tejido sano del cerebro sin apenas resistencia de las células defensoras

El director del Instituto de Neurociencias, Salvador Martínez, está al frente de este proyecto. RAFA ARJONES

Un gran avance del Instituto de Neurociencias en la lucha contra el glioblastoma, el cáncer cerebral más frecuente y agresivo, acaba de ser publicado en la revista científica PNAS. Los investigadores, entre otros logros, han conseguido revertir este proceso en modelos de ratones a los que se les había inyectado células humanas, evitando el desarrollo del tumor y abriendo una puerta a nuevas vías terapéuticas con las que tratar la agresiva enfermedad. El trabajo, realizado en colaboración con el IMIB del hospital Arrixaca de Murcia, también ha mostrado aspectos desconocidos hasta la fecha, ya que ha permitido observar cómo el glioblastoma «secuestra» las células defensoras que rodean los vasos sanguíneos del cerebro para desactivar su acción antitumoral y obligarlas a trabajar en la expansión del tumor.

El glioblastoma es el cáncer más frecuente y agresivo, debido a la gran habilidad que tiene para burlar el sistema inmune y crecer. Ahora, gracias a la investigación realizada por Neurociencias, centro de excelencia mixto de la Universidad Miguel Hernández y el CSIC, se conocen nuevos detalles reveladores, entre ellos la manera en la que el tumor consigue invadir el tejido cerebral sano sin apenas resistencia. Los investigadores creen que se encuentran ante el posible hallazgo de lo que sería el talón de Aquiles del cáncer cerebral, por lo que estarían más cerca de poder frenar su progresión.

Este trabajo está encabezado por el doctor Salvador Martínez, director del propio Instituto universitario, y la doctora Rut Valdor, del IMIB-Arrixaca. «Ahora sabemos cómo este cáncer hace incompetente al cerebro humano, conocemos su mecanismo, el proceso celular que lo estimula», explicaba ayer Martínez desde Madrid tras mantener una reunión en la sede del Instituto de Salud Carlos III. «Hemos visto cómo cambian las células y también hemos avanzado en su inmunidad, consiguiendo eliminar la enfermedad en ratones», añadía el científico.

El objetivo que se han marcado los investigadores pasa por desactivar la función antitumoral que poseen las células, llamadas pericitos, ya que el cáncer cerebral «secuestra» las células contráctiles que rodean los vasos sanguíneos y forman una barrera que lo protege. De este modo, las células defensoras pasan a ser «enemigas». Con el modelo de ratón, los científicos han dificultado el desarrollo del tumor consiguiendo la muerte de las células cancerosas, lo que supone un prometedor avance terapéutico.

Seis años de trabajo

El grupo de Neurobiología Experimental de Neurociencias es el responsable de estos hallazgos. Al frente de él se sitúa Martínez, quien lleva más de seis años dedicados a este proyecto. Los trabajos previos realizados por parte del grupo habían permitido mostrar que la influencia del glioblastoma sobre el pericito impide que los linfocitos T destructivos puedan atacar el tumor. «Este es el motivo por el que el cerebro no detecta el glioblastoma y no puede reaccionar contra él», razona Martínez sobre los últimos avances conseguidos.

El nuevo hallazgo estrecha el cerco contra el tumor cerebral más agresivo y está en sintonía con las hipótesis actuales de la comunidad científica sobre los primeros estadios del desarrollo tumoral y cómo las alteraciones que se producen a lo largo de este proceso contribuyen de forma decisiva a su progreso.

Financiación para poder llevar los ensayos a humanos

El hallazgo del Instituto de Neurociencias permite identificar una nueva diana terapéutica. Tras el éxito conseguido en los ratones, uno de los siguientes pasos será el de acercar la investigación a los humanos. Para ello, el director del centro de la UMH y el CSIS, y máximo responsable de la investigación, Salvador Martínez, reclama más financiación. «Las técnicas que vamos a utilizar son cada vez más caras y necesitamos nuevos contratos», sostiene.

Avances en el síndrome de Down, la ELA y la médula espinal

La renovación del sello de excelencia Severo Ochoa hace del centro universitario una referencia dentro de su sector

La pérdida de buena parte del tejido científico es uno de los males a los que tiene que hacer frente el Instituto de Neurociencias. Ante este escenario, una de las mejores noticias en los últimos tiempos para el centro mixto de la UMH y el CSIC ha sido la de la renovación de la acreditación como instituto de excelencia Severo Ochoa por parte del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, lo que le garantiza recibir por esta vía un millón de euros anual durante los próximos cuatro años. Esta inyección económica supone una bocanada de aire fresco para asegurar la supervivencia de las investigaciones que mantiene abiertas Neurociencias, y que en los últimos tiempos han arrojado importantes avances en cuestiones como el síndrome de Down, la ELA o la reparación de los nervios dañados de la médula espinal.

Una de las aportaciones más destacadas que ha realizado el Instituto en los últimos tiempos tuvo lugar a principios de este mes en el Congreso Nacional de Neurociencias, en el que el exdirector del centro Juan Lerma mostró los hallazgos obtenidos sobre el origen de la desorientación en las personas que tienen síndrome de Down, proyecto en el que lleva trabajando 17 años.

Otra de las investigaciones más destacadas es la que se realiza contra la ELA, por la que Neurociencias recibió el pasado año 300.000 euros de financiación del Instituto de Salud Carlos III para realizar ensayos clínicos en los hospitales de Alicante y Murcia.

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