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El Parque Científico y el Vinalopó desarrollan un dispositivo pionero de sujeción externa de marcapasos

El médico ilicitano Raimundo Vicente patenta un sistema que minimiza el riesgo de infecciones y mejora la calidad de vida de los pacientes. La carcasa reduce un 35% la opción de rotura cardiaca

El doctor Raimundo Vicente muestra el dispositivo que ha creado con el Parque Científico en un quirófano del Hospital del Vinalopó. Antonio Amorós

Médico intensivista del Hospital del Vinalopó, el ilicitano Raimundo Vicente detectó una necesidad en su ámbito de actuación a la que ha dado respuesta con un revolucionario sistema pionero de sujeción externa para marcapasos que permite minimizar el riesgo de complicaciones e infecciones y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Gracias a la colaboración llevada a cabo con el Parque Científico de la Universidad Miguel Hernández (PCUMH), el doctor ha desarrollado y patentado una carcasa que se sujeta al cuello del paciente y que reduce hasta en un 35% el riesgo de que se produzca una rotura cardiaca.

En el proceso de estimulación cardiaca que se aplica a pacientes con una frecuencia por debajo de los 60 latidos por minuto, producida habitualmente por el exceso de mediación o enfermedades degenerativas, se utilizaba tradicionalmente cables rígidos que actuaban en el corazón a través de las grandes venas y que estaban conectados a una batería que obligaba a los pacientes a permanecer en la UCI. El movimiento de los encamados hacía que, en muchas ocasiones, se perdiera el contacto y volviera a bajar la frecuencia cardiaca. Desde 2005 se vienen aplicando modelos de marcapasos más móviles, sin cables tan rígidos. Aunque mejorado, este sistema también presenta problemas de seguridad y de posibles infecciones intravasculares, algo que ahora se corrige con el dispositivo patentado por Vicente y el PCUMH.

Con el objetivo de optimizar esta técnica y mejorar el bienestar del paciente, el médico se puso en contacto con el PCUMH. De este modo, uniendo las fuerzas, han creado un sistema pionero que resuelve los inconvenientes derivados del método tradicional de la colocación de marcapasos externos temporales. El dispositivo permite emplear electrodos y generadores que son más seguros para los enfermos. La gran innovación de este sistema radica en su diseño y desarrollo de un mecanismo de sujeción que está compuesto por una carcasa en la que se introduce el marcapasos. Las piezas funcionales que se han diseñado permiten que los médicos puedan implantar el sistema en el lado izquierdo o derecho, utilizando yugular, carótida y subclavias, en función de las necesidades que presente el afectado.

«El dispositivo tradicional se colocaba con apósitos, lo que suponía una zona de entrada de bacterias importantes, al quedar tapada la zona de punción cercana a la yugular. Los marcapasos externos se despegaban e, incluso, se producían tirones en el corazón», explica Vicente sobre una serie de complicaciones a las que ahora ha dado respuesta con su carcasa pionera, que aisla los cables y evita contaminaciones.

Makers: un programa que apoya la creación de productos innovadores

La iniciativa del PCUMH ofrece análisis y estudios de viabilidad, desarrollo de prototipos y comercialización

La unión de fuerzas entre el médico del Hospital del Vinalopó Raimundo Vicente y el Parque Científico de la Universidad Miguel Hernández (PCUMH) ha permitido crear un dispositivo pionero que puede suponer un importante avance en la medicina mundial, en la que se realizan a diario más de mil intervenciones para colocar marcapasos externos. Vicente y el ingeniero Antonio Marín llevan más de cuatro meses trabajando en este proyecto, un tiempo en el que han creado más de diez prototipos del sistema, gracias a la infraestructura de diseño e impresión 3D con la que cuenta el Laboratorio de Prototipado del PCUMH.

Esta iniciativa está englobada dentro del programa Makers, que apoya la creación de productos innovadores ofreciendo diferentes servicios: análisis de la novedad, estudios de viabilidad, desarrollo de prototipos o diseño de planes de comercialización. «Ya hemos registrado la patente y el PCUMH me ha puesto en contacto con empresas. Me asesoran sobre cada paso a dar y también sobre cómo entrar en la producción», apunta Vicente, cuyo próximo reto pasa por avanzar en los estudios que demuestran que el prototipo es seguro. «Quiero que los laboratorios que se dedican a la estimulación cardiaca se interesen por el proyecto. Cumplimos los requisitos que marcan los comités de ética y quiero que se hagan pruebas en otros hospitales», añade el médico ilicitano.

Desde el PCUMH su director del área de Emprendimiento, Javier Sancho, apunta que «el programa Makers da servicios a todos los inventores y emprendedores que tienen una idea de producto. Llevamos los proyectos al siguiente nivel de madurez para que estén más cerca del mercado, se trata de ofrecer ayuda para ser más competitivos».

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