El instituto de Biología Molecular y Celular de la Universidad Miguel Hernández (UMH) cambió hace un año su nombre por el actual de Instituto en Investigación, Desarrollo e Innovación en Biotecnología Sanitaria de Elche (IDiBE). La longitud de la nueva denominación sirve como muestra de la ambición del proyecto, un cambio que no se iba a quedar solo en una mera cuestión estética. El nuevo nombre es el punto de partida del plan estratégico a cuatro años vista (2019-2022) que está desarrollando el centro de la UMH.

Entre otros logros, en los últimos doce meses el IDiBE ha conseguido la consolidación de tres proyectos europeos, los que llevan a cabo los investigadores Paloma Alonso, Ángel Nadal y María del Mar Ortega-Villaizán. Esto solo es la punta del iceberg del plan estratégico, que tiene como pilares fuertes la apuesta por la internacionalización y la creación de empresas. La suma de esfuerzos en el instituto tiene como meta lograr el sello de excelencia Severo Ochoa, la máxima distinción que se otorga en la ciencia española, o, en su defecto, la acreditación María de Maetzu.

Lograr el sello Severo Ochoa supondría una gran inyección económica para el IDiBE, ya que recibiría un millón de euros durante cuatro años, hasta que fuera revaluado para mantener la distinción. Estos cuatro millones permitirían reforzar las investigaciones actuales y poner en marcha nuevos proyectos de gran calado, a la vez que convertiría a este instituto del campus de Elche en el primero 100% de la UMH en alcanzar esta excelencia científica. Cabe recordar que el Instituto de Neurociencias cuenta con el sello Severo Ochoa pero este es un centro mixto, también participado por el CSIC.

Los investigadores Alonso y Nadal han recibido financiación de la Comisión Europea para desarrollar el primer test de identificación de compuestos disruptores endocrinos que tengan la capacidad de aumentar el riesgo de desarrollar diabetes y obesidad. El proyecto de Alonso está dotado con 260.000 euros para cuatro años, mientras que el de Nadal ha recibido una ayuda de 670.000 euros para cinco años. Por su parte, Ortega-Villaizán ha pasado ya una primera fase y ha sido entrevista en Bruselas. Ahora espera una respuesta positiva para su proyecto de búsqueda de moléculas y mecanismos antivirales a través de los peces.

El ambicioso plan del IDiBE no se detiene en estas investigaciones y también cuenta con una apuesta decidida por la formación. En este contexto se ha firmado un acuerdo con la Universidad de Bath para hacer un programa de intercambio de estudiantes de doctorado. A su vez, la próxima semana los responsables del instituto viajarán a Burdeos para reunirse con las universidades de Burdeos, Bath y Piamonte Oriental para sentar las bases de otro programa europeo de formación, que será financiado por la Comisión Europea. Este año también se ha puesto en marcha un máster europeo con la profesora Asia Fernández.

«Estamos cumpliendo con los plazos que habíamos establecidos en nuestro plan estratégico para cuatro años. No tenemos mucho margen porque somos ambiciosos pero estamos consiguiendo hitos en formación, internacionalización y creación de empresas», señala el director del IDiBE, Antonio Ferrer Montiel.