Mañana se conmemora Santa Cecilia, la patrona de los músicos, una actividad artística con un fortísimo arraigo en el territorio valenciano y, cómo no, también en Elche, donde desde hace largos años se está a la espera de que por fin se levante un Conservatorio en condiciones, adecuado y moderno para la que es la tercera ciudad de la Comunidad Valenciana. Todavía no hay nada confirmado, pero desde el Conservatorio están convencidos de que todas las partes implicadas: Universidad, Ayuntamiento y Generalitat, tienen la mejor de las predisposiciones para impulsar el proyecto, ahora sí, cuanto antes. Mañana viernes está previsto que la concejala de Educación, María José Martínez, entregue los diplomas a los alumnos con premio fin de carrera y la necesidad de ese nuevo Conservatorio seguramente volverá a estar en la cabeza de muchos.
P ¿Cómo fueron los inicios del Conservatorio?
R El Conservatorio de Elche se abrió corriendo. Recuerdo que las primeras elecciones fueron en marzo de 1979 y en el curso 79-80 ya estaba funcionando, aunque no era centro oficial. Los estudios pasaron a ser oficiales en el curso 81-82. Hasta entonces, en el Conservatorio se impartía docencia, se enseñaba y estaba reglada, pero no estaba reconocida. Existían entonces las enseñanzas libres en los conservatorios.
P Muchas personas desconocen que la actual sede junto a la Universidad Miguel Hernández no fue donde nació originariamente...
R Efectivamente, empezamos en el colegio El Palmeral por las tardes, de 17.30 a 22 horas y los sábados de 9 a 14 horas. El actual edificio lo inauguró (Joan) Lerma (presidente de la Generalitat Valenciana), después de que la docencia se trasladara aquí definitivamente de cara al curso 85-86.
P Y también muchos ignoran todavía que el actual inmueble que aloja al Conservatorio no cumple los mínimos necesarios para impartir las enseñanzas y otras tareas...
R Este edificio (se refiere a las tres construcciones de planta baja que conforman hoy por hoy el Conservatorio) lo hizo el arquitecto Gaspar Jaén y se acometió para una plantilla de 15 profesores. Ahora mismo somos 45 docentes, aunque algunos están a media jornada. Las clases antes eran enormes, pero tuvimos que dividirlas con pladur para dar cabida a los alumnos. El salón de actos es una clase más y el centro carece de insonorización. Cuando tocan quince pianos a la vez, ya te puedes imaginar? Además, cuando se abrió este centro no había legislación sobre tiempos mínimos, es decir, si para tal instrumento y un único alumno había que dedicarle, por ejemplo, media hora... Ahora mismo tenemos 439 alumnos.
P ¿Les faltan alumnos?
R Hay solicitudes de ingreso que no podemos atender, no damos abasto. Hemos recibido unas cien peticiones para iniciar el curso actual, pero solo hemos podido sacar unas 20 plazas para niños de 8 años. En los conservatorios hay dos formas de acceder fundamentalmente: desde cero o mediante prueba de acceso; y primero se oferta a los cursos superiores, es decir, a aquellos alumnos que ya tienen conocimientos de música.
P ¿Entiendo que estudiantes y profesores ponen mucho de su parte para recibir e impartir clase en un centro con estas condiciones?
R Toda la comunidad educativa hace un esfuerz: los profesores, partiendo de que no cuentan con las mejores condiciones acústicas, además de tener que atender a alumnos que han terminado sus jornada escolar y, por lo tanto, tienen que mantenerlos concentrados y motivados; los padres, porque permanecen también aquí muchas horas esperando en un centro que es abierto, es decir, aquí no podemos controlar a los estudiantes fuera del aula; y los alumnos, porque ser músico implica mucha dedicación. Aquí entendemos que el joven se pueda dedicar a otra cosa. Es normal que con 18 años no tenga claro qué va a hacer, por lo que sigue con dos cosas a la vez. Y además porque no es bueno cerrarse puertas, pero tampoco dispersarse. Son alumnos que estudian muchísimo. Con 40 años a nuestras espaldas tenemos alumnos titulados por medio mundo, incluso en Los Ángeles. Es una comunidad, en definitiva, de la que estamos orgullosos.
P ¿Qué se sabe del nuevo Conservatorio?
R Edificant se está utilizando para agilizar determinadas obras, pero hay otra vía para afrontar la necesidad de un nuevo Conservatorio en Elche. Me consta que se ha solicitado directamente a Ximo Puig (presidente de la Generalitat) la construcción del nuevo centro. Lo importante es que se haga. Siempre hemos entendido que la enseñanza obligatoria es la primera a la que hay que atender. En la época en la que se construyeron los modernos Conservatorios en la Comunidad Valenciana nosotros nos quedamos allí al fondo. Algún día nos tiene que tocar.
P El alcalde de Elche tiene como una de sus principales prioridades de cara a este mandato el que se haga realidad un nuevo edificio...
R El alcalde nos ha visitado, nos recibe y transmite a València nuestras necesidades. Lo primero que hace falta es que se avance en el trámite la reversión de los terrenos previstos de la Universidad Miguel Hernández al Ayuntamiento de Elche. Sé que hay sintonía entre el equipo rectoral y el equipo de gobierno en ese sentido. Hay muy buena predisposición. Lo que falta es el momento para hacer la obra.
P ¿Cuál es su parecer, no ya sobre el emplazamiento, dónde debe levantarse, sino acerca de si es necesario un auditorio para Elche?
R El Ayuntamiento conoce el Conservatorio, sabe que no hay aislamiento acústico y que tenemos problemas para actuar, para sacar la orquesta sinfónica y el coro. Por ejemplo, el Réquiem de Fauré, con cien intérpretes, lo tuvimos que hacer en la iglesia de San Antón, por lo que estamos enormemente agradecidos al templo. Es decir, no pudimos hacerlo en el Gran Teatro, porque no tiene condiciones. Asimismo, el Réquiem de Mozart anteriormente lo hicimos y llenamos Santa María. Pero eso no quita que en Elche deba haber un auditorio, y ahora el auditorio ha dejado de ser una prioridad.
