Es difícil de entender que, bien avanzado el siglo XXI y en una zona como la nuestra, tan escasa de recursos hídricos, se aproveche tan poco el tema de las aguas residuales depuradas, que son tratadas en las diferentes Estaciones de Depuración de Aguas Residuales (EDAR) en el País Valenciano.

Según la Memoria de EPSAR, la Entidad de la Generalitat Valenciana que se encarga de este tema, correspondiente a 2018, en nuestra Comunidad existen 485 instalaciones de saneamiento y depuración de aguas que han tratado, en ese año, 443 hectómetros cúbicos. En la provincia de Alicante hay 170 instalaciones que han tratado 128 hectómetros cúbicos.

Un dato curioso es que, en el período 2004 a 2010, el tratamiento de estas aguas superó, excepto en un año, los 500 hectómetros cúbicos anuales. Con un aumento importante de la población desde esos años hemos asistido, en cambio, a una disminución de los caudales tratados, lo que no deja de ser un dato llamativo por el volumen afectado.

La propia Memoria de la Entidad Pública nos dice que sólo 139 hectómetros cúbicos, que representan el 31,46% del total tratado, se ha reaprovechado. Y, de ellos, el 88,3% lo ha sido en la agricultura. El resto en uso industrial, recreativo, etc. Por provincias hay que decir que si bien en la de Valencia se reutiliza el 52% del caudal tratado, llama la atención que en la de Alicante, probablemente más necesitada, sea sólo del 45%, por no hablar de Castellón, donde sólo se reutiliza el 3%.

Y, en todo caso, lo que parece tener difícil justificación es que, a estas alturas, casi el 70% del agua que se depura en una Comunidad como la nuestra, no se aproveche más. Y es un agua que ha sido tratada, aunque con muchas deficiencias todavía, y en la que la Generalitat ha invertido importantes recursos para que, después, haya que verterla a algún barranco; al mar a través de emisarios submarinos o a saber qué, ya que o bien no se puede reutilizar por falta de conducciones adecuadas o, peor aún y lo más frecuente, la calidad de la misma desaconseja su reutilización. Y eso que la propia Memoria dice que, en esta Comunidad, estamos avanzados en reutilización de estas aguas. Miedo da pensar cómo estarán otras, si aquí no se aprovechan dos terceras partes de ellas.

El Consell, los ayuntamientos, diputaciones, etc. deberían dar ejemplo y mejorar sustancialmente el tratamiento de las aguas residuales y su posterior aprovechamiento. Seguir confiando en trasvases de otras cuencas, sin hacer los deberes aquí, será cada vez más problemático. El cambio climático está afectando a los caudales de muchos ríos y, por otra, no se puede seguir con una política de crecimiento ilimitado de regadío si no hay suficientes recursos para ello. Con algo más de 300 hectómetros cúbicos anuales tratados y sin aprovechamiento directo, parece evidente que vale la pena invertir en una mejor depuración y una disponibilidad del mismo en las zonas agrícolas donde más falta hace. He ahí unos deberes que están sin aprobar.

El caso de Elx es muy representativo de esta problemática. Su principal EDAR, en Algorós, junto con la de Carrizales, figura entre las que tienen una mayor salinidad en el agua tratada de toda la Comunidad, lo que perjudica su reutilización agrícola. También Algorós y, en este caso, Arenales, figuran, en 2018, entre las diez primeras a la hora de incidencias por la recepción de vertidos de alta carga contaminante, siendo Algorós la quinta en toda la Comunidad con 118 incidencias en un año, especialmente de nutrientes de origen desconocido y la de Arenales, la novena, con 75 incidencias, especialmente de materia orgánica y metales pesados. Un panorama poco presentable, máxime cuando se quiere ser Capital Verde Europea 2030. También estos temas son importantes para merecer tal distinción.

Una reforma total de Algorós parece perentoria, por los caudales que trata. Se lleva prometiendo muchos años. Recientemente el Ayuntamiento estuvo en Valencia para pedirla y con toda la razón. No hay nada presupuestado. Otra promesa que se nos acumula allí. Faltó decir «vuelva usted mañana». Urge una modernización que incorpore las nuevas tecnologías que permitan depurar bien toda el agua que entra, para su posterior reutilización agrícola con todas las garantías. Sin olores y sin molestias y con visión de futuro. Y, por otra parte, l'Ajuntament d´Elx debe intensificar la vigilancia para evitar seguir encabezando ese listado de vertidos incontrolados a la red que tanto perjudican el posterior tratamiento de las aguas.

Hay problemas como éste que dependen sólo de nosotros. Tal vez si se les prestara más atención, sin esperar que sean siempre otros los que aportes soluciones, sería bueno para todos.